MADRE MARÍA - MIS NIÑOS, RECORDAD

Recibido por María Russo - 10 de febrero de 2011

Dejad de llorar, niña mía, hija mía, ya no lloréis más, estás asustada, muy asustada, llena de tristeza, porque no comprendes, aún, qué te está pasando.

En la humildad es cuando más me acerco y quiero a mis hijos.

En el dolor, en la mansedumbre, es ahí que me hago presente.

Es el amor el que impulsa hacia mis hijos.

Estoy aquí y tú estás en mi regazo, ¿no lo recuerdas?

Vengo a iluminar tu corazón y tu mente, y la misma luz les envío a tus hermanos, mis hijos, que también los he tenido en mi regazo antes que nacieran.

Hoy, como entonces en aquel tiempo, vengo de nuevo para haceros recordar, porque son los últimos tiempos como humanos, que ya no tenéis que vivir más esta polaridad.

Mis estrellas han bajado, mis 12 estrellas están activas en lo etérico, nombradlas cuando os despertéis, y cuando descanséis, OD-ER-IM-IS-AL-KI-RIS-TI-IS-IS-IM-AL, tres veces, así vibrarán todo el día con ellas; ustedes son mis semillas estelares –

¿no recordáis,  cuando tan sólo con mirarme fluían de un lugar a otro? dejad ya la densidad, ya no demoréis más, son mis niños, aquellos niños que les gustaba jugar con esas inmensas luces de colores, y me las traían una por una cuando algún niño decidía nacer y hacerse humano.

Eran bolas de luz, bolas de amor resplandecientes de mi amado Padre -y de tu Padre-, era tan dulce verlos: todos juntos iluminando ese momento y llenando de luces de infinitos colores ese lugar allí predeterminado por ustedes mismos ¡Por qué no recordáis! si en vuestros sueños ven, pero lo confunden y lo asocian a lo cotidiano; si allí podéis volar, podéis ser y podeis recordar. Presten atención a los sueños, y anímense a vivir esos sueños, no son sólo sueños, es la misma vida que vivieron antes, sólo que se resisten a verla y a aceptarla.

Aquí estoy hoy para decirte, mi niña, mi hija, ya sé que ahora recuerdas, y por eso lloras, sólo pide perdón, todo será curado, si lo piden desde el corazón. Él todo lo ve, todo lo mira, como te enseñó mi Hijo.

Abran sus ojos, vean mas allá, y recuerden ese mundo que parece de fantasía, pero es lo real, cuando era mis niños, mis estrellas, mis luces no nacidas.

Iluminad vuestros pasos y recordad de dónde vienen, allí volverán muy pronto, ya está todo preparado por mi hijo y por mi Padre.

Pero sólo siendo niños verán esa luz, recordad por favor, os suplico, porque deseo verlos de nuevo junto a mi, sed libres, y cuando recordéis que podíais ver todo, todo con todos -allí no hay límites-, veíais todas las perspectivas, conocían todo, allí las palabras no existen, las almas se miran y se conocen, todo es bello, todas las manifestaciones que deseas las puedes crear

Mis niños, recordad, en vuestros sueños inducidos por nosotros los Seres de Luz que os acompañan, sólo tienes que pedirlo, sólo tienes que llamarlos y recordareis todos los secretos de la Creación.

Mi amado Padre, y vuestro Padre, os pide como el último aviso de lo que se avecina: sólo recordad.

Nuestros santos Ángeles, y mis Ángeles, están a la espera de vuestro llamado.

Mis niños, mis estrellas, mis soles, mis luces, como vuestra Madre y con el amor que me impulsa hacia Ustedes os digo: descansad y recordad.

Sólo así volveréis al Padre, siendo niños.

Amada niña, mi devota hija, cada oración que me brindas es una estrella que me entregas por tus hermanos niños.

Os espero a todos, Os amo a todos mis amados niños.


Madre María

Publicado por Alexiis en http://escritores-canalizadores.blogspot.com