Recibido por: Jean Luc Ayoun - Traducción: Hedyn Núñez, - 8 abril 2011
Soy Gema Galgani.
Mis muy queridas hermanas y mis muy queridos hermanos, les pido prestar atención, no tanto al significado de las palabras que voy a emplear, sino más bien lo que ellas evocan en ustedes, y lo que ellas despierta en ustedes.
Vengo a hablarles de la fusión en el Uno. Esta fusión en el Uno es un proceso que debe vivirse en cada ser humano encarnado y que debe ser vivido, también, por todas las Conciencias presentes sobre la Tierra, a Niveles visibles e invisibles a ustedes.
Entonces voy a intentar expresar, por mi Presencia y por la Vibración de las palabras que voy a emplear, lo que eso significa.
La Fusión en el Uno es el resultado de la vuelta de la Luz, Luz que nunca no ha estado ausente, sino simplemente velada y desviada. El regreso o esta Conciencia de la Luz es un proceso que es a la vez Interior y exterior.
Este proceso está destinado a pasar de la confusión a la fusión. ¿Qué es la fusión?
La fusión es un momento en que lo que existía anteriormente a esta fusión (considerado y vivido como separado, en un momento y en un espacio dado), no existe ya. La fusión está en resonancia con un momento preciso, situado en vuestro tiempo y espacio, traduciendo la aparición, en la Conciencia, de un proceso de vida profundamente diferente de lo que llaman vuestra vida.
Cualquiera que sea el nombre que se le da: el Uno, la Fuente, el Cristo, la Luz, el Amor, es algo que es el objeto de una búsqueda.
Habiendo encarnado esta búsqueda, todos, lo vivimos como una sed, una sed del Absoluto, una sed de Amor superando el marco y las contingencias del Amor humano.
Este Amor identificado a la Luz, al Todo, al Uno, a él, el Cristo, es también, a través de esta identificación, una forma de proyección al interior de alguna cosa que es inherente a cada Conciencia, ya que una Conciencia, para existir, e incluso para ser, mismo antes de su reconexión, Es, la Fuente, el Uno, el Cristo.
Se les ha descrito a menudo un principio de ilusión, de falsificación de la encarnación, de alguna cosa que es exterior, que es proyectada. Lo que es exterior y lo que es proyectado, es la Conciencia habitando un Cuerpo, un Destino, una Vida. Esta proyección es directamente resultante de un principio, este principio no es ni Bien ni Mal, al menos en el comienzo.
Este principio es simplemente la capacidad de ver lo que es proyectado, de ver, no con el Corazón, sino con un órgano preciso llamado el ojo, el ojo, órgano físico, y también el ojo de la Conciencia que se ha proyectado en un aspecto limitado, que ha identificado y adherido poco a poco, alejándose de la Verdad. Entonces, permaneció, en todo ser humano, esta sed del Absoluto, esta sed del Uno, esta sed del Cristo.
El principio mismo de la proyección, existente en un eje de las estrellas, contribuyó a encerrar la Conciencia del hombre dentro de lo que se llama la dualidad: El Bien, el Mal, es nacido por lo tanto de una proyección, al exterior, de una imagen que podía ser vista y percibida. Este proceso, poniendo en acción una visión deformada ya que es exterior a nivel del ojo, implicó la continuación de lo que se llama el Bien.
Este eje (Visión-Atracción) es por lo tanto una desviación del eje llamado AL-OD, éste eje-pivote de toda vida, ALFA y Omega, sosteniendo todas las Conciencias, todas las Dimensiones, en el cual se establece, por supuesto, la Fuente, el Absoluto, Él, el Cristo. La Luz ha estado, de alguna manera, desviada, desviada de un eje y se estableció en una ilusión llamada Luciferina o Dualidad, inscrita por un proceso de proyección, a lo largo de un eje llamado Visión y Atracción.
El eje Alfa y Omega, por lo tanto se encontró desviado de su alineación y de su conexión.
Este eje desviado se convirtió en el eje de Verdad en el seno del cual había un principio de falta (llamado la caída) y un principio de Bien o Voluntad, de Atracción, a proseguir esta Visión exterior, para volverla perfecta. Por el confuso recuerdo de la Unidad, había, de manera consciente o no, esta aspiración a un equilibrio que no existe: la caída. La paradoja es que en esta proyección, se establecieron leyes, leyes aplicables, precisamente, en esta alteración del ALFA y la Omega.
La Luz no iba ya en línea derecha, sino que se había vuelto oblicua, pero la característica de esta mirada oblicua (y en consecuencia de esta Luz oblicua) fue creer que era el eje ALFA y Omega, mientras que no lo era.
Esto se traduce, en la constitución misma de los cuerpos y en la inclinación misma de la Conciencia de la Tierra, de su cuerpo físico, la inclinación del eje de la Tierra donde la Luz también penetra de manera torcida y no derecha. Así nacieron el conjunto de los mitos vinculados a la caída y a la redención.
Así nacieron los principios mismos de reencarnación.
El Espíritu se convirtió en nada más que un sucedáneo del Espíritu, o la visión por el ojo, o la visión de la proyección exterior sustituyendo la Visión directa del Corazón, la Unidad, el Absoluto, el Cristo, el ALFA y a la Omega. Este eje (desplazado y prioritario) tomó el lugar, eso lo comprendieron, de la Vía, la Verdad y la Vida, el ALFA y la Omega. La Atracción y la Visión crearon leyes, leyes que sólo eran uno de los elementos de toda Creación.
Así se estableció el principio de Dualidad.
Este principio de Dualidad que no es más que una proyección exterior de alguna-cosa, dando cuenta de toda investigación, de todas las búsquedas de este Absoluto, tomando nacimiento en alguna-cosa del exterior, que eso sea un objetivo exterior o un salvador exterior, o un amor exterior. Ya no había entonces posibilidad (para el ojo exteriorizado, el ojo de la cara y los sentidos) de llegar a encontrar las leyes del Espíritu y la Verdad del Espíritu.
Esta Luz torcida substituyó a la Luz directa y la colmó, es por eso que numerosas creencias, religiones, enseñanzas, consideraron que la vida era eso y solamente eso.
Esta Atracción y esta Repulsión permanente, donde un equilibrio (imposible a encontrar) debía encontrarse, algunas Conciencias consiguieron salir y extraerse de esta proyección, encontrando entonces, a Él, al Uno, la Fuente, el Absoluto, pasando entonces de una confusión (aceptada o no) a una Fusión. Esta Fusión pone fin a la confusión, rectificando el eje, alineándolo, remplazándolo entre el ALFA y la Omega, en la Luz directa que jamás hubiera dejado.
Este proceso, que las Conciencias individuales vivieron, que eso esté entre los pueblos más secretos de la Tierra, como dentro de religiones constituidas, ha existido en todo los tiempos.
La palabra Maestra, como lo saben, es el Amor y la palabra Luz.
En la actualidad, la Tierra y el conjunto de las Conciencias hoy presentes, física y sutilmente, son llamadas, de manera colectiva, a vivir este mecanismo de la Fusión. Algunos seres, de los que forman parte, han desde hace algunos años (para algunos, más recientemente), por percepciones dentro de esta ilusión, experimentaron y vivieron modificaciones. Estas modificaciones, llamadas Vibraciones, hicieron de ustedes Semillas de estrellas, seres que, poco a poco, rectificaron y eliminaron lo que era exterior hacia el Interior.
Queda no obstante por realizar una última etapa y esta etapa es una etapa de grupo y se terminará por una etapa, total y global, del conjunto de las Conciencias.
¿Qué es una Fusión?
Una Fusión es un momento en que hay en primer lugar el calor, del Fuego. La fusión es un momento en que lo que estaba aislado, ya no lo está. Hay un calentamiento.
Hay allí una puesta al desnudo y redescubrimiento de una verdad que ya no está limitada por el ojo, por una atracción, sino que se instala en alguna-cosa que habían olvidado, pero que no podía ser suprimida completamente.
Se puede decir, que en alguna parte, que la Visión y la Atracción, este eje, condujo a un encerramiento cada vez más grande de las Conciencias, en una ilusión mantenida y sostenida, desde el exterior y desde el interior, por lo que pertenece a este eje, justamente, de Visión y Atracción.
Entonces, lo que se llama karma, lo que llamamos separación entre las Conciencias, este principio se convirtió en la regla y la manifestación habitual de la vida sobre este mundo.
En la actualidad, la confusión debe dejar el lugar a esta fusión.
Fusión donde, en primer lugar, habiendo de alguna manera reencontrado la Luz, re manifestada la Luz, por las Vibraciones, va a venir un momento y un espacio donde la Luz, esa que Vibra en ustedes, va a encontrar la Luz existiendo en todas partes. Este momento se traducirá en esta Fusión, en ese momento en que no existirá más distancia, separación, momento en que la propia Vibración, ese Fuego, esta alquimia que perciben, no existirá más, ya que ustedes serán fundidos en la Luz.
Esta Fusión en la Luz, para ustedes quienes están presentes, física y sutilmente, en lo que se llama la 3era. Dimensión, verá la desaparición de la Atracción y de la Visión separada y en consecuencia la desaparición de la proyección misma de vuestra Conciencia en esta ilusión. Es decir no habrá más posibilidad de mantener cualquier ilusión y cualquier proyección.
Este mecanismo de Fusión pone en juego aspectos exteriores colosales, para ustedes, vinculados a los Planetas, al Sol; que llamaron Ola Galáctica, Ola de Luz, Centro Galáctico, qué más da los nombres, ya que, en definitiva, sólo son percepciones exteriores propias de esta Luz torcida.
La desaparición (o por lo menos la fusión) de este eje que se había aislado en el conjunto de las otras Cruces y otros Ejes, llamadas las Cruces Mutables, va a llevarlos, de alguna manera, a la dinámica de la Luz, dinámica propia de ella, dónde no hay más límite y separación. Entonces, pasar, como eso se les dijo, de lo limitado a lo Ilimitado, firma, efectivamente, el final de lo limitado. Pero lo que es Ilimitado se desplegará entonces en majestad y eso se llama el Amor, eso se llama la Verdad, eso se llama el Cristo.
Los nombres, por desgracia, con huellas de coloraciones vinculadas a vuestra propia proyección y a nuestra proyección, la de todos, en este mundo de la ilusión (que mis Hermanas orientales llaman Maya), este proceso se acompaña, efectivamente, de múltiples reversiones. Estas reversiones indican el sentido de la Conciencia, el sentido de la energía, el sentido de la Vibración. En un momento dado (ya viven las primicias), la Vibración los invade, se convierten completamente en esta Vibración y el conjunto de lo que hacía la proyección exterior desaparece.
Es lo que viven, actualmente, por estos procesos donde, como él dice el Comendador de los Ancianos (O.M. AÏVANHOV), tejen un Capullo, una Crisálida, donde nada puede ya funcionar como antes. Este retorno a la Unidad se traduce en una pérdida de referencias, dentro de la ilusión, donde la visión del ojo es sustituida por la Visión del Corazón, donde la visión de las creencias es sustituida por la experiencia y una nueva Visión.Es todo esto que se realiza, en ustedes, y que debe realizarse, en un momento dado, de manera colectiva, todos juntos. Algunos estarán, en ese momento, del lado físico y otros, del lado sutil.
Este proceso se inscribe desde la Creación incluso de esta Dimensión, antes mismo de ser desviada ya que toda experiencia tiene un principio y un final. Solo el Uno, la Fuente, no es una experiencia sino un estado que se desplegó, a través de las experiencias pero que, sin embargo, es siempre el mismo.
La Fusión que deben vivir, va, inicialmente, a identificarlos a la Luz. Y eso, lo viven por la Vibración que se construye en ustedes. Y luego, vendrá un tiempo en que la Luz será tal que no podrán ya distinguirse de la Luz. Por supuesto, cuando eso fue descripto, por mí como por tanto otros, sobre la Tierra, lo habíamos llamado, cada uno a nuestra manera: la pequeña muerte, la Fusión en Cristo, o la Disolución.
Es a eso que están llamados ahora y muy pronto.
Por supuesto, para esta Conciencia proyectada en esta ilusión, evolucionando en mecanismos de Acción-Reacción y que ha estado aislada y encerrada, eso incluso no puede comprenderse, ni concebirse, ni creerse. Es sólo una forma de resonancia que conseguirá esta Fusión. Entonces, por supuesto, esta Fusión, para los que no están dispuestos a vivir esta resonancia, no será el final de la confusión, sino una confusión aún mayor. Es en ese momento que Vuestra presencia, ya sea del lado físico o sutil de esta Dimensión, tomará toda su importancia.
Se convertirán, efectivamente, en los Pilares de la Luz, a los cuales un gran número de Hermanos y Hermanas no están dispuestos a reconocer por ellos mismos.
El retorno de la Luz, retorno a la Unidad, muchos de entre ustedes, incluso despiertos, lo ven como un proceso exterior, pasando, como decimos, de una Dimensión a otra. Pero pasar de una Dimensión a otra, liberarse, encontrar la Libertad, como eso se ha dicho, la Autonomía, no puede realizarse sino a través de la Fusión, es decir, la ausencia de separación. El retorno a la Unidad, es la vuelta a la Gracia, a ley de Resonancia y Atracción, no siendo ya dictado por una visión, sino dictada por el ALFA y la Omega, por los cuatro Pilares, Pilares que ustedes mismos se convierten al activarlos.
El proceso de Fusión de lo que se ha llamado las Cruces de la Redención y Mutables, la Fusión Última de las estructuras de Vibración las más elevadas, se produce, en esto mismo momento.
Les pido intentar, tomar y seguir siempre lo que digo, más allá de las palabras, en la Vibración. La Vibración misma que, en un momento dado, como ya lo había dicho el Arcángel Miguel, se volverá Silencio, Silencio de la Disolución, de la Fusión.
Esta etapa es indispensable, puede ser de otra manera. Pasar de la confusión a la Fusión o permanecer en la confusión, en oposición con la Fusión, es un mecanismo correspondiente a lo que se llamó la Última Reversión, la que hace pasar de la visión exteriorizada (esa del ojo), a la Visión del Corazón, y que resitúa la Conciencia en su Dimensión de totalidad, manifestado por un estado donde no existe más la separación, un estado donde la Conciencia no es ni localizada, ni atribuida a un sujeto o a un objeto, sino que engloba la totalidad de los posibles, la totalidad de los sujetos y la totalidad de los objetos. Por supuesto, con palabras, es imposible percibir, vivir, e incluso comprender, ya que comprender, es tomar y hacerlo propio.
Ahora bien, esto que les hablo es el resultado del Abandono y la integración de la Luz, llevándolos a la Luz. Es pues un don y no alguna cosa que se toma. De alguna manera, ustedes se dan a Él, como lo expresé en mi vida, con las palabras de la época: darse a Cristo, casarse, volverse Él. Es eso exactamente que se prepara a vivir la Conciencia y la totalidad de las Conciencias de esta Tierra.
Por supuesto, palabras diferentes pueden emplearse: Resurrección, Retorno a la Unidad, Ascensión, pero estas palabras no serán jamás la experiencia. Pero es necesario traducirlos a palabras, ya que vuestra propia Resonancia con las palabras puede, sobre todo ahora, hacer develar, en ustedes, la Vibración, la Luz, y en consecuencia hacerles adherir, saliendo de la confusión de la personalidad, a la verdadera vida, ya que la verdadera vida no será nunca lo que creen, lo que creen vivir, lo que creen probar, lo que creen experimentar.
La Unidad, el Ser, el Cristo, está más allá de todo lo que pertenece a la Conciencia separada, incluso a la Vibración que les recorre y a la cual deben, por lo tanto, identificarse, para convertirse en eso. Esto es una preparación para vivir eso que viene. Por supuesto, numerosas técnicas pueden ser dadas para ir hacia esta construcción previa a la Disolución.
Queda ahora integrar esta Verdad y realizar esta alquimia Última del Amor, por el Amor y para el Amor, es decir, por el Corazón y para el Corazón, restablecer la Verdad del Alfa y la Omega, reunir por fin las doce Estrellas, con el fin de convertirse en idénticos, es decir, exactamente lo mismo que Él y que todos los otros, no en una uniformidad, sino en una Fusión, real, donde todo efectivamente es Uno, en totalidad.
Por supuesto, muchas Conciencias no pueden, ni quieren imaginar que las palabras que yo pronuncio, tengan alguna realidad y representen alguna Verdad.
Para esos de vuestros Hermanos y Hermanas que son los míos, que no pueden concebir o vivir eso, les responderé que ellos tienen razón y que esto no es para ellos. Sin embargo, es indispensable que este momento de Fusión tenga lugar, para todo el mundo, porque esta Fusión Última, esta Disolución, aunque sea rechazada, permitirá estar presente para la Conciencia misma que lo rechaza, lo que permitirá un retorno (de un momento a otro, en otro espacio-tiempo) a esta Verdad.
Así, como lo dijo el Cristo: “será hecho a cada uno según su Fe”. Algunas de entre las Hermanas y de los Ancianos, lo dijeron: “Cada uno irá dónde lo lleve su Vibración”. Es la expresión que corresponde mejor a lo que llega pero, todos, sin excepción, deberán vivir esta Resurrección, este retorno de la Luz, vivida como alguna cosa viniendo desde el fondo del cosmos que, en realidad, no es más que el despertar de vuestro Corazón y que los conducirá a la Fusión o a permanecer en la confusión y la ilusión.
Todos hicimos hincapié, sobre todo el Comendador, en la inminencia de este proceso, en términos de tiempo Terrestre. Esto ya comenzó, en ustedes, puesto que, entre los que siguieron y que vibran en la frecuencia de la Luz y la Unidad, son procesos que, incluso sin poner palabras arriba, comienzan a vivir, unos y otros.
Este momento de Fusión previo puede traducirse en un sentimiento de confusión, confusión, efectivamente, en la ilusión, pero Fusión en la Unidad. Es esta gran vuelta que viven este año, inscrito desde el alba de los tiempos, inscritos también en calendarios extremadamente preciosos y precisos.
Por supuesto, todo el mundo conoce estos calendarios, al menos los que se interesan por los juegos de la Luz y la Sombra, para los que buscan la Luz o los que prefieren permanecer en la Sombra. Pero el restablecimiento de la Luz derecha, el final de la luz torcida será, para muchos, una forma de desgarramiento, porque las Conciencias establecidas desde hace tanto tiempo, en este eje de atracción y de visión, alteradas, donde ellos habían establecido las leyes. Estas no son, en definitiva, más que leyes de una Conciencia que estará siempre encerrada, pero incluso en este encierro, hay un proceso inexorable de liberación de este encierro.
No pudiendo ver con el Corazón, han concebido una forma de liberación que es un nuevo encierro en el mismo eje, puesto que traicionaron las leyes del Espíritu y las sustituyeron por las leyes de este eje y este encerramiento.
Están por lo tanto invitados (como lo estuvieron, por el Arcángel Miguel, en las Bodas Celestiales) a vivir las Bodas de vuestra Fusión y eso es ahora. Sienten la llamada, con pavor o con Alegría.
A veces, otros Hermanos y Hermanas, al desviarse, no quieren ver, incluso con los ojos, lo que pasa. O, como aún otros Hermanos y Hermanas, sirviéndose de lo que pasa intentan reforzar y mantener esta luz torcida, completamente desviada, que no es más que su sola verdad.
El descubrimiento que se realiza es, como lo perciben, cada vez más intenso, tanto que algunas Conciencias creyeron poder utilizar lo que venía para intentar alejar, aún más, el retorno del Alfa y Omega, pero eso no puede ser, ya que lo que está ahora presente, se inscribe en el principio mismo de la Fuente.
La Fuente es Fuente incluso, para los que la rechazan. La Fuente es Don. No puede haber Vida, incluso encerrada, sin Fuente, esto es imposible.
Se puede creer, por supuesto, y la humanidad llegó al final de esta edad oscura, en este tipo de creencia pero, por supuesto, es totalmente imposible. La ilusión que se encierra, en sí misma, ha estado, también, necesariamente sostenida por la Fuente, aunque ella no lo reconoce. Y no puede ser de otra manera.
Entonces, la llamada que viven, la llamada de este Fuego del Corazón, de este Fuego del Espíritu, la llamada de las Vibraciones, los conducen directamente a Él, es muy real. Estos Estados Vibratorios y de conciencia, consortes, se viven de manera cada vez más intensa. Esta intensidad, por supuesto, no siendo la misma para el que no sentía nada ayer, y que siente todo hoy, que para el que siente ya mucho desde hace tiempo y que siente, aún más, hoy.
Pero la finalidad es la misma estrictamente para todos, aunque el camino de cada uno, acerca de esta finalidad, es profundamente diferente, según su capacidad para abandonarse a esta Fusión o, haber permanecido en confusión.
Lo que intentamos darles, ahora, las unas y los otros, así como los Ancianos o los Arcángeles, son métodos de preparación.
Lo que les decimos, por supuesto, cada vez más, está destinado a hacerles estar presente, hablando al mismo tiempo del momento siguiente, este momento que es inminente. He aquí, mis Hermanas y mis Hermanos, lo que me fue encargado de anunciarles y de vibrarles. Si, con relación a esto, existe, en ustedes, algo que surge, o que se opone o que adhiere pero que necesita más Vibración o palabras. Entonces, los escucho.
No tenemos preguntas, le agradecemos. Terminaré diciéndoles esto:
Lo que viene es un Canto, ya que la Luz es un canto, el Cristo es un Canto, la Fuente es un Canto. Este Canto es un Sonido: el sonido de la Tierra, el sonido del Cielo, el sonido de vuestra alma, que es el mismo sonido. Y los que oyen este sonido, oyeron un nuevo sonido.
Este nuevo sonido, que va a generalizarse, firma el momento de la Fusión.
Esté atentos al sonido, al vuestro, ya que este sonido los conducirá, como lo ha dicho el Arcángel Miguel, aquí hace casi dos años, al Silencio y en consecuencia a la Fusión.
Es el momento en que no estarán ya separados del sonido de la Creación y de la Fuente, ya que se habrán convertido en la Fuente.
Vivamos juntos un espacio de Sonido, esa será mi manera de comulgar con todos vosotros, aquí y en otras partes, y de volver a ser Uno.
... Efusión Vibratoria…
Por la Gracia del Uno, hasta pronto.
Gema Galgani
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