SANTA TERESITA de LISIEUX
Canalizado por: Jean Luc AYOUN – Traducción: Hedyn Núñez
14 de Marzo 2011
Hermanos y Hermanas en Cristo, me está permitido, ya que el momento llegó hoy de dirigirme, a un número mucho mayor. Para los que se interesaron en mi última encarnación, saben quizá que yo había dicho (entre mis últimas frases, de mi vida) que pasaría mi Cielo haciendo el bien sobre la Tierra. Muchos seres humanos me han orado, desde hace casi un siglo, han recibido por mi parte, real y concretamente, Gracia. Hoy María me ha confiado la tarea delicada, de hablarles, más allá de esta encarnación, de mi papel, que también está, inscripto en ustedes a través de la Estrella Profundidad. Esta Profundidad que, como lo espero, les demuestra, por la Vibración de mi Presencia, más allá incluso de las frases que voy a pronunciar, la realidad de la humildad. En primer lugar, mi lugar, como María se los dijo, es a su derecha. Y si observan, del interior, en vuestra Corona Radiante de la cabeza, verán que estoy a la derecha del punto IS, IS-IS y que estoy también a la derecha del punto ER. Soy la punta posterior del triángulo del Agua ya que estoy profundamente vinculada al Agua, y en consecuencia a Sirio.
Aquí hace mucho tiempo, en otro espacio, en otro tiempo, bien más allá de la curva del tiempo que viven, fui la que aportó, con María y otras Hermanas (aunque no me gusta esta palabra, pero es la más adaptada a esta Tierra, Maestra Genetista de Sirio), la elaboración de la Vida sobre esta Dimensión donde están aún hoy, y que ha vivido tantas deformaciones. Así pues, desde un punto de vista más allá de este mundo humano, se podría decir que soy, en alguna parte, un Ser muy elevado. Y por lo tanto, cuando vine sobre la Tierra, recientemente, yo quería ser la más pequeña ya que, efectivamente, no se puede ser, lo que sea aquí, si son grandes en otra parte. Si son grandes aquí, serán pequeños en otra parte. Hay, en efecto; como un principio de vasos comunicantes. No pueden ser grandes aquí y grandes en otra parte ya que si se es grande aquí se hace en detrimento de lo que es grande en otra parte.
Es en ese sentido que Cristo lavaba los pies a sus apóstoles ya que era, aquí; el más pequeño, pero el más grande. Por esta razón, toda mi última vida (pongan también eso en el contexto de hace siglo, en la época en que las fuerzas de resistencia a la Luz eran más importantes), efectivamente, yo misma como tantos otros, en este continente o en otros continentes, vivieron tanto sufrimiento. El sufrimiento no era una voluntad sino era una voluntad de ya no ser nada aquí, con el fin de ser todo en otra parte e incorporarse a la Luz. Eso se manifestaba por un sufrimiento, cruel, intenso, de mi cuerpo y también de mi conciencia que vivía, en eso momento, esa separación como un drama. En la actualidad, sobre esta Tierra, más que nunca, les es posible vivir eso en la Alegría, porque las resistencias de la Tierra no existen ya. No existe más que las resistencias de los hombres pero que no son nada ahora que las cápsulas que los habían encerrado se desunen en este espacio-tiempo.
Entonces, vuelvo sobre mi historia, no es para hablarles de mi historia, ya que ésta historia es la misma para cada uno y cada una. Ya que tienen, efectivamente, una historia, más allá de la historia de vuestra vida o vuestras vidas. Y ésta historia es más grande como no lo será jamás vuestra historia aquí abajo. Creer en la Luz y crecer en Luz, es descreer y disminuir aquí. Lo que yo empujé hasta el paroxismo. Comprendan que eso no es denegación. No es retirarse de la vida, muy por el contrario, es entrar en la verdadera Vida, que no tiene nada que ver con lo que nuestros ojos y nuestra conciencia limitada pueden ver. Entonces, vuelvo un poco sobre esta historia. Yo hago parte de las doce Madres Creadoras en el origen de este universo, hace más de 20 millones de años. Mi forma, por supuesto, no tiene absolutamente nada de humano, más allá de esta ilusión, por lo tanto, lo forma que ustedes llaman delfinoide, que es la mía, no hace diferencia entre todas las formas y todas las existencias. Acompañé, como todo ser Creadora, su propia Creación. El principio de la Creación, en los universos y en los Estados multidimensionales, hace que toda Creación deba convertirse en superior en Amor, superior (y no vean ahí un concepto de superioridad humano sino más una superioridad de Radiación) a su propia Creación, a su propia invención. Así, eso que yo creé debe convertirse en algo superior a mí ya que el más grande está al servicio del más pequeño, y no el revés. El principio de falsificación de este mundo les hizo considerar exactamente al revés ya que, en este mundo, creen que al tener un estatus social, empresarial, al elevarse en una pirámide, van a convertirse en alguien más grande. Eso es exactamente a la inversa que es la ley y la norma en los mundos Unificados. Deben ser cada vez más pequeños con el fin de ser cada vez más grandes, es decir, cuando son una Creadora, deben convertirse en más pequeños que vuestra Criatura ya que la Criatura, que es su sangre y vuestra filiación, debe convertirse en más luminosa que ustedes.
Toda la Luz es Una. ¿Entonces, qué quiere decir “ser superior en Luz”? Eso quiere decir simplemente: “traer siempre más creatividad, más Creación y más Luz” para que una Criatura sea a su turno Creadora. Es para eso que Miguel lo ha llamado Semillas de Estrellas ya que, en definitiva, toda Conciencia debe convertirse en una Estrella, un Sol, sin excepción. Mismo, si en otras Dimensiones, las formas de manifestación pueden alejarse de lo que se llama una estrella tal como la vemos cuando estamos encarnados aquí. Entonces sí, yo era un gran Delfín, yo fui esa que trajo, con otras, las Matrices Cristalinas permitiendo el desarrollo de la Vida carbonosa de esta Dimensión. Yo fui una iniciadora de esta Dimensión.
La falsificación produjo un encerramiento. La paradoja de este encerramiento, es lo que fue querido por los que se encargaban de velar por la Creación, y que no eran las Creadoras. La paradoja, es que en este mundo donde todo está dado vuelta, deben sumergirse en profundidad, hasta cierto punto extraerse de la vida aparente, penetrar cada vez más profundamente, despojarse de todo lo que no es la Luz. Por supuesto, hay muchas capas, muchas prendas de vestir, si prefieren, que impiden a la Conciencia vivir la Esencia de la Luz. Estas capas son tantos elementos que sobrecargan el alma y el Espíritu y le impiden de encontrarse ella misma. El primero, por supuesto, es la importancia de sí mismo, la importancia que se da a su propia vida, debido a que aparece como limitada, entre un nacimiento y una muerte y en consecuencia es vital, hasta cierto punto, manifestar, en un espacio limitado, capacidades de creación (cualesquiera sean: creación de un empleo, creación de un niño, pro-creación, creación de un papel). Todo lo que hace vuestra vida, en esta Dimensión, que los Orientales llamaron ilusión porque es una ilusión total. Cuanto más crean en este mundo, más se convierten en grandes en este mundo, y más pierden vuestra grandeza en lo Ilimitado. Obviamente, hoy, en este tiempo particular en que Cristo está de vuelta en ustedes, deben, derribar paredes que muchos de entre nosotros en encarnación pusimos, de lustros y lustros, de vidas y de vidas, para construir. Muros ilusorios que nos daban la certeza de ser algo, reivindicando incluso el beneficio de estas acciones pasadas cuando ellas se inscribían en alguna cosa justa y de bien, mientras que eso es sólo una extensa ilusión. Fue aceptando, de muy joven, en mi última vida, de penetrar a fondo, cada día más en profundidad, que descubrí las virtudes reales de la humildad. Aceptando de no ser nada, no renunciando a eso que yo misma era, sino más bien, encontrando lo que yo era, más allá del papel que se quiso y que quise, recorrer.
En la actualidad, eso se facilita grandemente, una vez más. Las resistencias no son las mismas. Ir en profundidad, es volver a ser humilde. Es comprender que todo lo que los constituye en la ilusión no es absolutamente nada, mismo si no tienen acceso, con relación a la grandeza de eso que son, en otra parte. Ustedes son Maestros de Luz, son seres de Luz. Son seres de majestad, a condición de ser los más pequeños aquí. Incluso algunos de entre los Ancianos, les han expresado eso. Sus experiencias, de sus últimas o de otras vidas que develaron a ustedes, han hecho hincapié, sin excepción, en este concepto de ser el más pequeño aquí ya que es la única manera de hacer crecer la Luz; es de aceptar de no ser nada. Obviamente, esto no es una negación de la vida, una vez más, sino devolver a su justo sitio lo que es del orden de la personalidad, lo efímero y lo que es del orden de la Eternidad. Estas palabras, las oirán cada vez más a menudo: Eternidad y Unidad. Ya que, cuando van en la humildad más sincera, cuando (incluso siguiendo sus actividades dichas exteriores, ilusorias) reconocen que éstas no son estrictamente nada con relación a lo que son, ya dieron así un paso hacia la Profundidad. Esta Profundidad que, hoy, va a ser cada vez más importante ya que, como se lo dijeron, por este Canal como por otros, numerosos seres de Luz, la única puerta de salida es el Corazón, y no hay otra.
Salir de la ilusión no puede hacerse sino por el Corazón. El Corazón, eso es estar en el centro, que eso sea en el centro de los 4 Pilares, o en el centro de las 12 Virtudes, es aceptar la humildad, eso es vivirla concreta y realmente. Una vez más, esta humildad no es una negación de la personalidad es aceptar de ponerla en su justo sitio, eso que ella es. Y ese cuerpo también, mismo, si es vuestro Templo ya que es en él que debe manifestarse el Cristo. Pero comprender que lo que viven en este cuerpo, en esta vida, no son nada con relación a la Eternidad y no es estrictamente nada con relación a lo que ustedes son. Retengan bien, y lo repetiré una última vez, que no es una negación sino un cambio de mirada y de Conciencia. Eso requiere, por supuesto, ajustes de vuestros comportamientos, vuestras acciones, vuestros actos, incluso en la ilusión. Cualquiera que sea vuestro lugar (que lo hayan construido o que se lo hayan dado, sea el más alto en la sociedad), el no es estrictamente nada. Al aceptar y concebir esto, vendrá un momento en que, naturalmente, se extirparán de la ilusión y descubrirán la Unidad y penetrarán aún más en profundidad en lo que es la Unidad.
Recuerdan que la Unidad es un estado de ser y que no pueden a la vez Hacer y Ser. Es lo uno u lo otro. Vendrá simplemente un momento en que, a fuerza de estar en la persistencia de la Luz y la humildad, se desplegará entonces lo infinito de la Vida, se desplegará entonces la Unidad, se desplegará entonces la Alegría y la Felicidad de la conciencia. En ese momento, captarán instantáneamente el hecho de haber conseguido trascender y superar la personalidad. Eso pasa, obviamente, por el arma más importante y esa arma, es la humildad. Ir en profundidad, a redescubrir lo que son, y pasa necesariamente por volver a ser el más pequeño aquí abajo. Estar en la devoción no basta, estar en el Servicio no basta ya que servir, es volver a ser Luz, como se lo decía un día el Venerable Comendador. Pero, para volverse Luz, es necesario aceptar no ser ya nada aquí. Mientras haya una veleidad de apropiación de la Luz, no pueden ser humildes. La humildad es un camino que se recorre. Está bien ir más allá de la abnegación, estar mucho más allá de la disolución. La disolución de la personalidad, esto, no es la negación de la personalidad. Es la transcendencia de la personalidad ya que viene un momento en que van a tocar el núcleo de esta profundidad, y allí, estallan la Verdad y lo Ilimitado. En ese momento, ustedes son, como dicen los Orientales, un ser Realizado y Despierto. Esta realización, este despertar (que viven desde hace casi una generación sobre esta Tierra), se traduce, para ustedes, en percepciones Vibratorias que, en mi vida, no existían y no eran una referencia. Existen pues, en esta época, señales formales de vuestro Despertar. Y estas señales no son en absoluto mentales. Recuerdan que es diferente estar en el Ser que estar en el Hacer ya que estar en el Hacer exterior los aleja de estar en el Ser. Hay movimientos incesantes entre el Ser y el Hacer, entre la Unidad y la Dualidad. Pero, cada vez más, la Unidad se despliega, y es esa que pondrá fin a la Dualidad. Para ustedes, como para el conjunto de la humanidad.
Ir hacia la humanidad, ir hacia la humildad, es aceptar. Aceptar, es abandonarse, acoger las palabras que volverán de nuevo cada vez más, ahora. Ya que, como lo saben, ha llegado el tiempo. El tiempo de revelar lo que son ha llegado y de no permanecer encerrados en lo que creen Ser, en el Hacer, en la Dualidad. La humildad va a ser, para ustedes, un elemento importante y motor ya que, en la humildad, no hay ninguna reivindicación exterior. Hay exactamente, no una aceptación del sufrimiento sino una transcendencia del sufrimiento, por la acción misma de la Luz. Y no son ustedes quienes deciden. Y no es la Luz que decide. Es lo que Son, en otra parte no aquí, que deben reencontrar, conectar de nuevo y dejar manifestarse. El trabajo de las Bodas Celestiales, que se ha realizado y que sigue realizándose hoy, es este trabajo exactamente.
Mi lugar, como resonancia de Profundidad, en vuestro ADN mismo, yo podría decir, como María, que ustedes son la carne de mi carne y eso sería verdad. Se me coloca entre Visión, la visión del Corazón, esa que mi Hermana Sin Ojos ha desarrollado. Estoy colocada entre el triángulo de la Tierra y el triángulo del Agua. Soy pues la que labra la tierra, la greda, si prefieren, que tornea la arcilla, la sopla y le insufla la vida. Tengo pues un lugar privilegiado como Animadora y Creadora de Vida, para llevar y sostener esta humildad ya que toda Creación no puede existir que en la humildad, ya que es necesario efectivamente ser humilde para aceptar que lo que creamos se convierta en mayor y más vasto que nosotros. Es el gran principio de la Creación. Todo se vuelve cada vez más vasto y cada vez más grande. Todo se crea siempre en los mundos de la Unidad. La ley, llamada en este mundo de la ilusión: “nada se pierde, nada se crea”, no existe, por supuesto del otro lado ya que, del otro lado, todo es Creación permanente e incesante, todo es expansión permanente e incesante. Por esta razón la limitación y el encierro son una ilusión terrible. Sin embargo, se les pidió también de no juzgar y no condenar, ni su personalidad, ni a los que los encerraron. Es necesario amarlos ya que sólo el Amor libera del encerramiento. No hay otra manera. El encerramiento se creó bajo el principio de la Dualidad. El Amor se creó bajo el principio de la Unidad. La Fuente es Unidad y ustedes son Unidad. Entonces, salgan de la Dualidad y vuelvan a entrar en la Unidad. Vayan hacia la Profundidad. La humildad es vuestra arma. En cada gesto que realicen en la Dualidad, en cada acción que realicen en la Dualidad, hagan esta pregunta: ¿«voy hacia la Unidad o voy hacia la Dualidad? ». ¿“Es que mi personalidad acepta borrarse? ». Cada vez y siempre. Esto no es sumisión sino más bien una liberación. Es a esto que les llamo y esto a que los llama la humildad. Sólo la personalidad cree que hay sumisión. Pero la verdadera sumisión de la personalidad es, en realidad, una liberación de la personalidad. Paradoja: es esta reversión que les hizo considerar exactamente al revés, que eso sea en la vida ordinaria, como en la vida espiritual.
El Espíritu es grande. Pero no aquí, en otra parte. No, en la limitación. Por esta razón, en la limitación, es sólo el Corazón que permite encontrar la puerta de salida. El Corazón es humilde. Es humilde porque sabe que toda la Creación y todas las Criaturas, un día, se incorporan a la Fuente, no perdiendo lo que sea sino volviéndose uno mismo la Fuente. Por supuesto, limitados los sentidos, tal como los viven, son frenos enormes. El conjunto de los muros que han sido construidos por la personalidad, pasando las encarnaciones, encerró literalmente, cada vez más, el alma pero sobre todo el Espíritu. Sin el sacrificio de los Elohim, a cada ciclo, vuelto a arrancar cada 50.000 años, el Espíritu habría desaparecido de esta Creación. Ese no era el objetivo. El objetivo de toda Creación, como lo dije, y de toda Criatura, es elevarse. La Tierra es una Criatura, y ella se aplica. Y para elevarse, es necesario un apoyo y una base, para que la comunicación y la conexión entre todas las Dimensiones no pueda cortarse. Salir del encerramiento; el vuestro, como el que vivía la Tierra, sólo es posible por la más grande de las humildades, lo que la Tierra ha manifestado, sin nunca rebelarse. Ya que es aceptando ser cada vez más pequeño y cada vez más humilde que se revela la majestad y la grandeza de lo que ustedes son. La Tierra, como cada uno de entre nosotros. Pero es también la manera de reconectar lo que había sido roto, de volver a ser multidimensionales, re-manifestar la Alegría, la del Corazón, lo único que es eterno, lo que supera y trasciende todas las ilusiones del encerramiento. Les repito aún, que hoy y cada día, eso va a ser cada vez más fácil, a condición, por supuesto, que acepten acoger esta humildad y esta simplicidad. Con el fin de estar bien vivos, de no escapar a la vida dentro de esta matriz, de ser a cada minuto aún más vivos, aún más conscientes, aún más despiertos, aún más humildes, aún más pequeños. Es de esta forma que la Luz crece, es de esta forma que la Luz se revela, y es sobre todo de esta forma que el Corazón se enciende.
La humildad va a tomar, en el relieve particular de los acontecimientos que tiene que vivir esta Tierra, en su Ascensión, una importancia mayor. Nada podrá cumplirse si no hay humildad, incluso en esta Dualidad. La humildad será, hasta cierto punto, vuestro salvoconducto de Luz y de Verdad. Al vestirse con el manto de la humildad y de su Vibración, encontrarán cada vez más vuestro cuerpo de Eternidad, el que ha sido llamado, por los Arcángeles, el cuerpo de Êtreté. Se convertirán en este cuerpo de Êtreté cada vez más y esta conciencia del Êtreté, despojándose y desvistiéndose de los hábitos de ilusión. Pero, para eso, deben integrar y sobrepasar. No tienen que rechazar lejos, tienen que trascender. Esta transformación, esta alquimia, como lo han dicho algunas Hermanas y algunos Arcángeles, es la realidad de lo que viven, ahora mismo. Así pues, cada minuto y cada reto en vuestra vida son vuestra oportunidad de ir hacia esta humildad. No se irriten nunca contra las circunstancias exteriores, no insulten nunca a un prójimo o alguien de más lejos que venga en contra. Ese es su papel, en esta ilusión. Pero deben ir más allá de la ilusión. Nada se produce por casualidad en el develamiento de la Luz. Todo es atracción y resonancia. Esas palabras, ya las oyeron. También todo es perfección. La perfección está más allá de la apariencia, más allá de lo que vuestros ojos van a ver, más allá de la mirada de la oruga, como diría el Gran Comendador, sino en la mirada de la mariposa. Todos han sido llamados a convertirse en mariposas. Pero para eso es necesario aceptarlo. Aceptarlo no es quererlo. Aceptarlo es volverse Humilde. Aceptar de no ser nada aquí, es aceptar no ser más la oruga.
¿Entonces, están prontos para cruzar esta puerta? Es a eso que todo lo que va a llegar a ustedes y que les llega, en los días y las semanas que vienen, debe llevarlos, de manera sempiterna, a esa misma interrogación. Cuanto más vayan hacia la humildad, a lo sumo lo que llegará a ustedes, en esta ilusión, les parecerá vano y sin importancia. Pero sin embargo, deberán vivirlo a cada minuto. En un momento dado, como lo dije, la Profundidad será tal, que estallará el Fuego del Corazón para los que no lo viven aún. En este Fuego del Corazón, serán conectados al Cristo, a la Fuente, de manera definitiva. Constatarán por otra parte, cada uno en sus vidas, que, en algunos momentos, el Fuego del Corazón se despierta, sin que incluso sea activado por cualquier estado de meditación o de rezo. El Fuego del Corazón se activará espontáneamente, cada vez más a menudo, en las circunstancias en que, justamente, sean humildes, incluso, sin quererlo ya que lo habrán integrado. Es ese momento, estarán muy próximos al final de esta Dimensión.
Hay ahora un espacio de preguntas que me daría alegría abrir con ustedes, sobre este concepto de humildad y Profundidad, entonces, vamos a comulgar aún más. Ábranse a mí como me abro a ustedes y abordemos, si hay dudas en ustedes. Vayamos.
Pregunta: ¿Cuáles son las calidades que permiten superar los sufrimientos del cuerpo?
La humildad. Es eso exactamente de lo que acabo de hablar. La resistencia, o el sufrimiento, que era patrimonio común de la humanidad (porque la Dualidad es sufrimiento, porque hay privación de la Unidad),y todo el sufrimiento viene de allí. Cuando se juntan las esferas de la Unidad y la Luz, el sufrimiento ni siquiera puede existir, no estaría ni en el pensamiento. Ya que todo es Alegría, todo es Felicidad, todo es extensión. No existe ninguna fuerza de contracción, ninguna limitación. El cuerpo mismo de esta Dimensión, que era aquí hace mucho tiempo, eterno, se volvió perecedero y sufriente. Entonces, sobrepasar el sufrimiento no puede hacerse sino por la humildad. La humildad es, hasta cierto punto, el bálsamo del sufrimiento. Ya que todo sufrimiento, en definitiva, sólo está allí para recordar la condición efímera. Entonces, ya no es luchar contra (aunque eso es a veces necesario) sino trascender el sufrimiento por la humildad lo que permite ser, efectivamente, un bálsamo que supera el sufrimiento y la hace desaparecer. La hace desaparecer de la conciencia. Observen, por ejemplo, la vida de algunas místicas, en el Este como en Occidente, alcanzadas de distintos sufrimientos y que, sin embargo, trascendieron y sobrepasaron ese sufrimiento.
Observen, por ejemplo, el más precioso representante de la Unidad, que no forma parte de los Ancianos porque esa era su elección, y que fue alcanzado por un cáncer. Y cuando sus discípulos, entre comillas, se alarmaban o sufrían para su propio sufrimiento, demostró por sí mismo que era capaz de no identificarse con ese sufrimiento y en consecuencia dejar este plano en toda lucidez, trascendiendo el sufrimiento por la humildad y por la Unidad. Entonces, mientras la mirada de la conciencia esté separada y dividida, el sufrimiento se concibe como un elemento bloqueante y limitante, lo que está efectivamente a favor de la personalidad. Pero esto recuerda que se debe entrar en Unidad, en Profundidad y en humildad, que va en un momento dado, a enganchar un proceso donde el sufrimiento no puede venir a perturbar más lo que sea. En ese momento, la personalidad es trascendida, y superado el sufrimiento. Lo que no quiere decir que el sufrimiento pueda desaparecer instantáneamente. Eso es a veces el caso, que no es el mismo, en otros. Entonces, hay exactamente una conciencia de Luz y una Luz mucho más intensa. Las fuerzas de Unidad y de Unificación son mayores que las fuerzas de separación, de sufrimiento y de división. Es una balanza, hasta cierto punto, tal como la expresé en mis primeras palabras. Volverse Luz, volverse grande, es volver a ser el más pequeño, aquí. No hay tampoco que culpabilizar. Obviamente, todo sufrimiento no es más que el reflejo de pérdida de Unidad pero esta pérdida de Unidad concierne al conjunto de este plano de manifestación del cual son partes involucradas. Y es en este conjunto de manifestaciones ilusorias que conviene revelar la Luz. Es lo que hacen actualmente.
Pregunta: ¿Llevar su conciencia sobre vuestra Estrella puede ayudar a alcanzar esta humildad?
Mi Hermana, sí, por supuesto. Eso será desarrollado en detalles en muy poco tiempo, por el que se llamó a Un Amigo, que cerrará así y les dará las últimas claves Vibratorias para aplicarlas en ustedes mismos, para acercarse, siempre más, a esta humildad y esta Unidad. Entonces, por supuesto, llevar vuestra atención sobre el punto Profundidad va a hacer resonar, en ustedes, un nuevo circuito. Este circuito es el que va a permitirles ir hacia más Unidad y hacia más Profundidad, efectivamente, y en consecuencia manifestar cada vez más la humildad. Como lo decía Un Amigo, la conciencia y la Vibración son una sola y misma cosa, tienen hoy la posibilidad de focalizar vuestra conciencia y de hacer emerger la Vibración y la Conciencia de la Vibración. De eso deben servirse, prioritariamente, porque es el instrumento que existe, hoy, en esta Dualidad, a causa de la vuelta de la Luz, que no estaba en absoluto presente aquí hace más de 30 años, ni durante mi vida. Es eso que perfectamente percibió Sri Aurobindo, el amado Juan, cuando ha descrito la llegada del Supramental y las consecuencias que eso tendría, a nivel celular de la sociedad y de la humanidad. Es eso que viven actualmente. Pues sírvanse de la Vibración y sírvanse de la Luz. Sírvanse de vuestras nuevas capacidades de Atención e Intención. Entonces, si llevan vuestra conciencia sobre el punto Profundidad, van a activarlo en ustedes y eso facilitará vuestra tarea.
Pregunta: ¿Cómo proteger y curar el alma con el fin de estar en Unidad con ella?
Pero, mi Hermana, no se puede hablar de protección. La protección es un concepto que pertenece a la Dualidad y por lo tanto, esta palabra, protección, es una herejía con relación a la Unidad. Prever una protección, es aún prever una separación entre el Bien y el Mal. La Unidad no es ni el Bien, ni el Mal sino está más allá del Bien y el Mal. Entonces, en la conciencia misma, y en las palabras que expresas, prever el concepto de protección es un acto de Dualidad. La mejor protección es la Luz, y esta protección no es en realidad una protección, ella es vuestra Verdad íntima. La protección pertenece al lenguaje de la Dualidad.
Pregunta: ¿Debemos entonces bendecir el sufrimiento?
Bendecir es una gran palabra. Simplemente, primeramente, aceptarlo para superarlo y trascenderlo. El sufrimiento, si aplican un remedio vinculado a la Dualidad, de acción-reacción, ahí, ustedes se alejan aún y siempre más de la Unidad. Obviamente, un médico va a cuidar de los males. Va a intentar (a través de lo que aprendió, de lo que se le enseñó, lo que se le reveló, qué más da)de aplicar un bálsamo sobre esos distintos males, sobre ese mal que existe en la cabeza o en el cuerpo. Pero esto, que ha sido la conducta normal de la humanidad, debido al principio de Dualidad, hoy, debe ser superado y trascendido. No tienen nada que oponer a la Dualidad. La Luz no es una oposición. La Luz es Vibración, y la Vibración de la Unidad es algo que les da todas las respuestas. Pero mientras el mental se ampare para querer actuar contra algo, o incluso servirse de la Luz para compensar una falta de Luz, es sólo el reflejo de la Dualidad y de un funcionamiento en la Dualidad. La Unidad, es simple, es un estado de Alegría. La humildad conduce a la Alegría. La Alegría es independiente de las circunstancias exteriores y de todo sufrimiento Interior. La Alegría se abre cuando ella es encontrada en el Fuego del Corazón, cualesquiera que sean los sufrimientos previos. Estas son superadas y quemadas por el Fuego del Amor. Comprendan bien que la Dualidad (sin la intervención y la manifestación de la Luz en los grandes Ciclos) sería sin fin, así como el principio de reencarnación, que es un principio falsificado, les obliga sin fin y sin final a reencarnarse. Solos algunos grandes Seres consiguieron, por una maniobra de abandono inaudito a la Luz, en tiempos de resistencias enormes a esta Luz, a trascender las condiciones de la humanidad. En la actualidad, eso está abierto a un mayor número. Ir hacia su propia Unidad, es sobrepasar la Dualidad y ya no servirse de la Dualidad. Cómo quieren superar la Dualidad, si razonan en términos de Bien y Mal. El Bien, como se lo dijeron algunas de mis Hermanas, mantiene tanto la matriz como el Mal. Querer hacer el bien es encomiable pero no confiere la Unidad.
Pregunta: ¿Podemos transmitir la Luz?
Querida Hermana, si te conviertes en Luz, la Luz se transmite ella sola, no necesita de ti. Ya que si quieres transmitir la Luz, ese es un acto de la personalidad. Ya que entras en el Hacer y sales del Ser. Estar en el Ser, es estar en el Fuego del Amor. El Fuego del Amor no tiene necesidad de expresar, ni de manifestar, ni de querer ya que se basta a sí mismo. Así pues, el Cristo no actuaba. Bastaba con observarlo, de tocarlo, de aproximársele para ser transmutado. No era él que decidía sino era el Padre, en él. Así, al vivir la Unidad, no hay ya que proyectar lo que sea. Hay sólo que ser y cuanto más entran en la humildad del ser, más la Luz irradia y más actúa. La Luz será siempre, como se lo dijeron todas mis Hermanas y todo los Ancianos, mucho más inteligente que el ego y que la voluntad de hacer el bien. Ser unitario está más allá de esta voluntad de bien ya que se convierten ustedes en el Bien, más allá del Bien y del Mal. Toda veleidad o toda voluntad de proyección de Luz es Dualidad. ¿Creen que los Melquizedec como el Maestro Philippe de Lyon hayan podido curar tantos seres por una voluntad de curación?
No, es porque eran, tanto unos como otros, los más pequeños, y no querían nada, si eso no era el bien de la humanidad, es decir, ir más allá del Bien y del Mal, encontrar la Unidad y el Cristo, o el estado Crístico, nada más. Y eso bastaba para enganchar los milagros. Generalmente, detrás de la voluntad de ayuda del ser humano, se oculta, subrepticiamente, el ego. De mi experiencia, en mi última vida, muy a menudo oré por la salud de numerosos almas ¿pero es que yo oré, queriendo actuar? No. Pedía a la Luz y al Cristo, mi Bien Amado, actuar (que era la Dimensión Ilimitada en mi). No era mi persona que actuaba.
No tenemos más preguntas, le agradecemos.
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