MAESTRO
DJWAL KULL (EL TIBETANO) LOS DISCÍPULOS ACUARIANOS EN EL CAMINO DE LA LUZ PARTE
II
Canalizado
por Lourdes Rosa
Traducido
por Patricia Gambetta
Un discípulo acuariano tiene
esas bases internas: tiene la conciencia de que el momento actual es muy serio
y de que necesita trabajar espiritualmente para seguir siendo una fuente
también de luz. Al unirse a su Maestro o a su Maestra, a su unidad interna,
puede componer células grupales con otras almas para trabajar en pro de toda la
humanidad.
Un discípulo acuariano sabe el
camino a recorrer y tiene conciencia de que necesita colaborar para preservar las
bases materiales del trabajo de la Jerarquía Mayor Planetaria para continuar su
trabajo grupal, su acción junto con otras almas.
Un discípulo acuariano sabe
que es un discípulo de un Maestro pero que, sobre todo, es un discípulo de la
Jerarquía Planetaria y que está cerca del Sr. Buda Maitreya, una vez que se
hizo consciente de la Obra Crística; así como, está cerca de cada uno de los
Maestros de los rayos y que éstos también están más cerca de su alma. Por lo
tanto, aprovecha todas las oportunidades para que su fuerza espiritual se
desarrolle aún más.
La palabra más común para un
discípulo es desarrollo, pues cada día es una oportunidad para crecer
espiritualmente, aprendiendo y enseñando, donando y recibiendo. El discípulo no
para de caminar, no para de crecer, de conquistar y es esta fuerza que hace que
pueda lidiar con las dificultades humanas: físicas, emocionales y mentales.
Es con esta fuerza, es con
este direccionamiento, con este desarrollo continuo que el discípulo va a
tornarse más fuerte en su conciencia mental y poco a poco administra mejor su
vida emocional, porque su alma tiene fuerza para darle las condiciones para
hacer las energías emocionales y las mentales mucho más armonizadas, mucho más
alineadas con los principios que están pulsando en el alma.
Un discípulo sabe que está
encarnado y que vive en ambientes densos y de energías difíciles y pesadas,
pero tiene conciencia de que no necesita estar al servicio de las energías
inferiores. Él puede estar continuamente al servicio de las energías superiores
y cada vez más. Aunque tenga que vivir entre las energías más densas, más
bajas, no necesita multiplicarlas, no necesita absorberlas, porque sabe
cuidarse espiritualmente y preserva su trabajo interno.
Sus conquistas espirituales
son donadas a todos sus hermanos y hermanas. Sus conquistas individuales son
donadas al grupo al que pertenece y las conquistas grupales que recibe multiplican
las oportunidades para que individualmente tenga acceso a otras conquistas en
el camino espiritual. Así, el discípulo tiene conciencia de que necesita
fortalecer su identificación con aquellos que forman parte de esta unidad
grupal, de esta célula grupal. Necesita fortalecerse espiritualmente y también
necesita cuidar y proteger al grupo del que forma parte.
¿Cómo? Alimentando energías
superiores en el grupo, alimentando acciones fraternas, amorosas, aquellas que
cargan sus energías más bellas y más profundas. Un discípulo sabe la
importancia de abrazar a todos los hermanos con su amor, comprende que cuanto
más amor circula en un grupo mayor es su fuerza.
Cuando el discípulo tiene esa
conciencia y camina día tras día en esa dirección, comienza a aprender a lidiar
mejor con las situaciones comunes del día a día de la vida humana. Él sabe que
dentro de su grupo de trabajo jamás podrá dar fuerza a las críticas
destructivas, ni permitir que haya acciones que beneficien sólo a algunos en
detrimento de otros.
Él cuidará para que las
energías dentro del grupo se eleven y no caigan de su nivel, pues obviamente
esta acción individual de cuidado es importante para cada elemento del grupo y
al mismo tiempo mantiene el grupo dentro de una vibración y de una irradiación
propias.
Un grupo espiritual es una
unidad de almas que irradia su fuerza, sus energías, en todos los planos
espirituales en que actúa. Y esto no es diferente en el plano físico porque
todos continúan siendo las mismas almas en el plano físico, irradiando la misma
luz divina. Por lo tanto, es importante para un discípulo reflexionar más en lo
que piensa, en lo que habla, en lo que hace, a fin de que pueda dar más espacio
para las energías que están siendo impulsadas por la propia alma dentro de las
Unidades Luminosas en las que se encuentra.
Todo ello compone una
realización que el discípulo va conociendo, internamente y externamente. Se
percibe adquiriendo facilidad para vivir y sentir niveles intensos de energías,
niveles sutiles, pero también es la importancia de expresar esas energías en su
experiencia humana con sus hermanos.
Esto trae un nivel muy
importante de realización: al constatar que hay menos divisiones internas o que
las divisiones internas son cada vez menores. Hay una acción interna moviéndose
para fortalecer el alma, lo que también fortalece la mente y la conciencia del
discípulo; expone sus emociones a otro nivel de experiencia y también a otras
acciones humanas.
Es necesario compartir la
hermandad para que haya fraternidad.
Es necesario vivir la
fraternidad para que haya justicia.
Es necesario sentirse
justificado para vivir en armonía y equilibrio.
Es necesario traer la fuerza y
la sabiduría del alma para exteriorizar el amor que está en cada uno.
¡Es ese amor que traerá la
paz!
Entonces el camino de la
humanidad pasa por todo esto, porque todos estos principios forman parte de la
Creación y la Vida de esta humanidad en este sistema planetario.
Hay muchos desniveles
energéticos en el planeta y obviamente también sentís esto, sin embargo,
necesitáis buscar vuestro equilibrio interior espiritual para que vuestra
experiencia ayude a otras almas y, al mismo tiempo, os traiga un mayor
aprendizaje y una conciencia más clara sobre lo que ocurre en la humanidad más
allá de las fronteras de las naciones, además del sufrimiento de las almas en
varios puntos del planeta. Esto ayuda a que el Amor Crístico desemboque en la
humanidad, llevando esperanzas, fuerzas, para que todos puedan seguir adelante
y atravesar esos períodos de grandes tempestades.
La humanidad corre riesgos,
obviamente. Hay un Plan Divino que se desarrolla desde hace mucho tiempo en la
humanidad y que continuará en acción durante mucho tiempo. Hay sí, pero todos
los discípulos encarnados forman parte de esta Gran Obra Divina para la Tierra
y necesitan seguir trabajando por la Gran Obra, en favor de toda la humanidad.
Un discípulo consciente de esto busca hacerse cada vez más fiel a su alma, a su
Maestro, a su unidad interna espiritual. De este modo, puede contribuir a
disminuir las desigualdades, las injusticias, las guerras y todas las formas de
sufrimiento que están presentes en la humanidad.
A partir del momento en que la
Jerarquía vio la necesidad de crear un nuevo grupo de servidores del mundo,
todas las almas que vinieron alcanzando sus conquistas espirituales,
elevándose, ganando la condición de discípulos reconocidos por la jerarquía,
comenzaron a comprender la necesidad de trabajar junto a esos nuevos
trabajadores, los nuevos servidores del mundo.
El trabajo de la Escuela de
Sabiduría Universal de la Síntesis está dentro de esta acción dando continuidad
a esta tarea tan antigua pero que en la era acuariana trae movimientos nuevos e
innovadores para beneficiar a todas las almas que están entrando en el Camino,
en la experiencia de caminar en la Unidad de la Luz en comunión con muchos
Maestros, muchos Ángeles y con muchos otros Seres de Luz.
En la medida en que la Era
Acuariana avanza todas las almas en evolución en este sistema planetario
alcanzarán niveles de conciencia más profundos y al mismo tiempo más sutiles
que favorecer una participación más consciente y también conectada al grupo de
servidores del mundo. En síntesis, todas las almas conscientes sabrán de la
necesidad de seguir trabajando por la humanidad.
¡El trabajo no termina nunca!
El trabajo más difícil ocurre en los períodos críticos, como el actual, en que
la humanidad atraviesa un caos, para reanudar el orden. Pero cuando ese orden
permanezca, aún así será necesario crear otras energías para mantener la acción
de todas las almas en su curso evolutivo. Una vez que, la humanidad es un
conjunto de varios grupos de almas de niveles evolutivos diferentes, todos los
discípulos encarnados permanecerán trabajando por la humanidad, porque así se
hacen fraternos y hermanos, criaturas divinas en acción.
Estamos hablando básicamente
de los discípulos que están encarnados, porque los discípulos que están
desencarnados reconocen toda la naturaleza de este momento y están muy
abiertos, muy disponibles para unirse a todas las células grupales de almas
encarnadas con las que pueden unirse, ya sean seres del plano astral, mental o
búdico.
Es muy importante que tengáis
la conciencia de que muchas almas desencarnadas que forman parte de su sistema
familiar ya están participando de esta acción espiritual por la humanidad en
otros planos. Y que el hecho de estar actuando espiritualmente en favor de la
humanidad trae a vuestro sistema familiar una rapidez en la concreción de lo
que el sistema necesita realizar.
Generalmente un sistema
familiar tiene muchos propósitos espirituales, muchas tareas y no sólo una.
Muchas almas desencarnadas ligadas a los discípulos encarnados, por formar
parte del sistema familiar, son atraídas por la fuerza espiritual movida por
aquellos que están en el plano físico (dentro del sistema familiar) en favor de
objetivos espirituales superiores.
Así pues, mientras estáis
encarnados y trabajando en los niveles espirituales más elevados, atraéis las
almas del sistema familiar que están en el plano astral para el mismo trabajo.
O mejor dicho, todo el sistema familiar es accionado por las fuerzas superiores
cuando uno o más integrantes trabajan espiritualmente y desarrollan niveles de
conciencia superiores. No importa el nivel evolutivo de las almas que están
desencarnadas o de aquellas que están encarnadas, sino que se encuentran
conectadas al mismo sistema familiar y que se corresponden energéticamente y
espiritualmente dentro de él.
Podéis decir así:
-Pero … mi hermano no es
espiritualista, mi tía no es espiritualista, mi abuela no es espiritualista!
Y os digo: pero no es una
cuestión de un familiar ser espiritualista o no. Estamos hablando de la acción
de las almas dentro del sistema familiar. La acción espiritual de 1 o más
integrantes del sistema mueve más rápidamente las fuerzas energético-espirituales
necesarias para diluir lo que necesita ser diluido en el sistema, o ser
transformado, y alimenta fuerzas para llevar el conjunto de almas a sus
necesidades de ascensión energético-espiritual dentro del propio sistema.
No hay como cambiar el ritmo
de la vida. Es necesario seguir la vida, acompañando el ritmo en que se está
dando, pero preparándose siempre para las próximas acciones.
El discípulo consciente está
siempre preparándose para la próxima etapa, alimentándose continuamente de la
luz de su alma, para que su vida en el plano físico sea cada vez más intensa y
pueda proporcionar a otras almas también las oportunidades necesarias.
¿Alguna pregunta? Son muchas
informaciones, pero en síntesis, todos los discípulos que están encarnados y
que son conscientes del camino están siguiendo la dirección de una acción
grupal en favor de todos: a favor del sistema planetario, en favor de la
humanidad. Este es el curso natural.
A medida que trabajamos
espiritualmente, quedan aún más fortalecidos por la unidad vivenciada
internamente. Y como dije antes:
sus conquistas individuales
son donadas al grupo,
las conquistas del grupo son
donadas a todos, son compartidas con todos.
Esto lleva a otras
oportunidades de acción interna y de expansión de la conciencia y de la mente.
El trabajo espiritual en la
humanidad actualmente está orientado hacia la expansión de los niveles de
conciencia. Por lo tanto, toda la Acción Crística está trabajando en esa
dirección: de la expansión de la conciencia.
Hay muchas personas en esta
humanidad que constatan a través de la sensibilidad la presencia de energías,
presienten, sienten algunas fuerzas y presencias espirituales superiores. Es
necesario que sean conscientes de las capacidades de sus almas y que valoren la
acción del alma a fin de proseguir evolucionando y ayudando a otros a
evolucionar.
Maestro Djwal Kull (El Tibetano)
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