MAESTRO
DJWAL KULL (EL TIBETANO) LOS DISCÍPULOS ACUARIANOS EN EL CAMINO DE LA LUZ PARTE
I
Canalizado
por Lourdes Rosa
Traducido
por Patricia Gambetta
¡Que la Luz del amor divino
universal esté con vosotros!
Los discípulos conscientes en
el camino que están trabajando en el plano físico, en gran mayoría, tuvieron
una cierta preparación en vidas anteriores para la etapa que hoy vive la
humanidad.
Toda la historia de la
humanidad está siendo movida por energías nuevas, energías acuarianas, que
tienen la intención de diluir las energías más densas, las energías de mayor
violencia, las energías que de hecho pesan y siempre pesaron en el curso de la
evolución. Todo lo que la humanidad está hoy poniendo a la vista de todos, todo
lo que está siendo manifestado es el resultado de muchas energías antiguas, no
actuales.
Todo lo que estáis viendo,
todo lo que vuestra conciencia está constatando es muy, muy antiguo, dentro del
seno de la humanidad. La diferencia es que durante muchos siglos y eras la
humanidad estaba inconsciente de estas manifestaciones. Y aunque
inconscientemente multiplicara esas energías desfavorables a la evolución, gran
parte de la humanidad no tenía conciencia de estar copiando estos modelos de
poder, de manipulación y de destrucción. Entonces, hoy tenemos una humanidad
que está buscando un nuevo orden; este nuevo orden es mundial en todas las
naciones. En todo el planeta hay una búsqueda de un nuevo orden.
A partir de lo que se está
exteriorizando y manifestado a los ojos de todos es que nacerán posibilidades
para implantar nuevas acciones que puedan favorecer a todos y llevar a todas
las almas a alcanzar otros parámetros.
Para que quede más claro para
todos, hablando principalmente del Occidente, la vida en Occidente quedó
esclava de los medios capitalistas, quedó esclava de instituciones políticas,
religiosas; se perdió en sus principios, buscando un bienestar que se traducía
en obtener, consumir más, adquirir más bienes, adquirir cosas, status, poder,
etc. Entonces, Occidente movía muchas energías de un poder manipulador y cercador
y con él la corrupción. Esto involucró y arrastró a las instituciones
religiosas, políticas, económicas, sociales a que intensifiquen juegos de poder
y crearon una gran fantasía en torno a esto. No contribuyeron construyendo un
camino real, una experiencia real.
Y ahí, no sólo el Occidente,
sino también en el Oriente, volviéndose hacia un bienestar, y no hacia un buen
vivir, destruyó la naturaleza, tomó para sí lo que era de la Tierra, que era
del planeta, desertificando la Tierra, destruyendo sus recursos. Entonces, creó
un vacío en las relaciones, en los grupos, en los diálogos entre las naciones.
Incluso entre las naciones, los diálogos, los acuerdos, no estaban visando el
bien general de la humanidad, ni el bien del planeta; aunque fueran acuerdos
que eran aplaudidos, estaban buscando beneficiar aún pequeño grupo y no a
todos, y no a las poblaciones.
Obviamente, hay muchos dentro
de las naciones que son conscientes, responsables y que luchan por una acción
mucho más humana, porque la humanidad ha olvidado ser humana; olvidó su
humanidad y cuando todos esos valores artificiales se agotaron al punto límite,
hay una carrera, una búsqueda de lo que pudiera alimentar de hecho a la vida
que pulsa dentro; donde las personas buscarán la espiritualidad, buscarán la
meditación, y continuarán buscando, con una necesidad de realización, una
realización verdadera.
La realidad actual en la
humanidad es un reflejo de todo lo que fue generado antes; son muchas energías
que están dentro de una gran ebullición, dentro y fuera de cada ser humano.
Hay una globalización que, al
mismo tiempo, tiene sus puntos positivos y sus puntos negativos. Los puntos
negativos, como acabo de hablar, es todo lo que se ha diseminado en todas las
naciones en términos de poder, corrupción, etc. La globalización expuso esto y
ayudó a aumentar. Al mismo tiempo, la globalización hizo que cada ser humano se
sintiera en comunicación con cualquier otro ser humano, en cualquier parte del
planeta, que hizo que – ese es el punto positivo de la globalización – cada uno
se viera como parte de esa familia (Humanidad) y consciente de que todo lo que
sucede en cualquiera de las partes del planeta, en cualquier pequeño trecho de
esa humanidad, repercute en la vida de todos.
Estos son los factores
positivos de la globalización y la modernidad trae facilidades que han
proporcionado aún más la conexión de muchos seres humanos con otros seres
humanos en varias partes del mundo. Esto es positivo, eso es parte de una
acción acuariana. Pero, respecto a la globalización, todo lo que sirve para
expandir los medios de fanatismo, de terrorismo, de guerra, todos los medios
que son utilizados por la globalización para destruir, para consumir recursos
del planeta, obviamente que no es y nunca será parte de una acción acuariana.
Estamos en un momento en que
la humanidad necesita preservar lo que es positivo en esta acción de
globalización y necesita aprender a transformar los aspectos negativos de esta
globalización dando la oportunidad para que muchos hablen en nombre del amor,
de la fraternidad, de la solidaridad y de la justicia dando más voz a una
acción humanizada para que la globalización sirva a las necesidades de
igualdad, libertad, fraternidad y solidaridad.
Esto es importante hablar
porque es tan ordinario que esos aspectos de la globalización oscilen entre el
bien y el mal que la mayoría de la gente no percibe que están siendo
arrastradas por aquellas energías que no están a favor de la humanidad y de la
Tierra. Se dejan contaminar, se dejan envolver por energías que separan, que
dividen, que destruyen; no consiguen separar la paja del trigo, no logran
apreciar los valores humanitarios, los valores que preservan y que cultivan la
justicia, la fraternidad, la humanidad en sí.
Hay una gran ebullición de
fuerzas, de energías, por la cual la humanidad tiene que pasar, tiene que
depurar todo eso; tiene que transformar las energías para que haya más espacio
para todos conquistar sus verdaderas vidas de vuelta, sus logros y para que
consigan el poder de conexión con todas las almas, no sólo a través de
internet. Hablamos del poder de conexión real entre las almas.
La humanidad se pierde en
medio de estas energías que se mezclan: una hora hay un aspecto positivo de esa
globalización, otra hora hay un aspecto negativo y ahí es que está la acción de
aquellos que están encarnados y que en otras vidas pasadas se han preparado
para estar encarnados en este momento, en esta exacta etapa en que la humanidad
atraviesa un período de gran desorden para restaurar el orden y conquistar un
nuevo orden mundial.
El papel de los discípulos que
son conscientes es trabajar para que lleguen a todas las almas las fuerzas de
unión, las fuerzas amorosas, las fuerzas de paz, todas las fuerzas de la
Creación que pueden ser transmitidas desde todas las almas. Todas las almas,
con sus recursos, sus instrumentos, tienen condiciones de auxiliar a la
humanidad.
Dentro de esa situación, todos
aquellos que son discípulos, que son conscientes, que están trabajando
espiritualmente, empiezan a sentir una cierta urgencia en realizar algo, en
hacer algo. Y como el discípulo es discípulo porque tiene un Maestro, es
primordial que cada discípulo tenga cada vez más oportunidades de estar con su
Maestro para retomar su verdadera unidad interna, la que cada discípulo toma de
vuelta para sí en la medida en que se sumerge en la experiencia con el Maestro
y que a través del Maestro tiene una conexión mayor con otros seres de su
unidad.
Todas las almas están
envueltas por una unidad de fuerzas, una unidad de seres. Seres de fuentes
diferentes a veces, de líneas diferentes también pero que componen una unidad,
porque a través de esa unidad espiritual el discípulo comienza a tomar
conciencia:
de que necesita vivir este
mundo como un alma consciente;
de que su trabajo con su alma,
el buceo en su universo interior, en la luz de su alma es imprescindible para
que siga dando sus pasos en el camino;
de que para atender las
necesidades de la humanidad hay que vivir en conexión con la Unidad Interna
Espiritual. Es a través de ella que cada alma puede tomar para sí una parte de
las fuerzas originarias de una unidad grupal.
Las almas que están encarnadas
componen unidades en varios niveles. Entonces vuestras unidades internas os
conectan a otras unidades de almas y estas unidades están dentro de otras
unidades de almas y espíritus. Por lo tanto, sólo a partir de la experiencia
interna del discípulo de bucear en su unidad interna es que consigue sentirse
un canal: un canal de las fuerzas de la Creación, un canal de la luz de su
alma, de la luz de su Maestro, un canal de las Energías Crísticas, un canal de
las fuerzas que la humanidad necesita. Con esta conciencia, el discípulo no
puede – de ninguna manera – descuidarse del trabajo espiritual individual y
grupal; no puede dejar que el trabajo grupal pierda su fuerza, no puede
permitir que nada suceda a las bases materiales y físicas donde están asentados
los grupos que trabajan en conjunto.
Así que la responsabilidad de
un discípulo nace de su propia conciencia porque él sabe que está en el mundo
con una oportunidad de traer -como nunca antes, mucho más condiciones
espirituales a la humanidad para ayudarla a restaurar la Orden Espiritual.
Maestro Djwal Kull (El Tibetano)
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