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METATRÓN - INTEGRIDAD SEXUAL
Canalizado
por James Tyberon
Traducido
por M. Cristina Cáffaro
“El verdadero amor es una
frecuencia. No es una pasión emocional, no es romance, y no es sexual, en tus
términos. Por encima de la dualidad, en tu verdadera esencia, eres andrógino,
integral, completo y sin género. Solo en el plano de polaridad del reino físico
ocurre la orientación de género. En tu tiempo y plano de existencia actual el
impulso físico a la fertilización sexual está dentro del modelo actual de ADN
para preservar la supervivencia de la especie. Eso no es necesario ni está
presente en tu yo superior, por encima de la dualidad.
La sexualidad es otra área muy
compleja, muy confusa para muchos de ustedes. Es un área que requiere
impecabilidad.
A través de las edades ha
habido muchos sistemas de creencia, muchas expresiones variadas, experimentos y
modalidades dentro de diversas culturas en todo el planeta respecto a la
expresión sexual dentro de la biología. Algunas fueron muy inhibitorias y otras
en extremo liberales. Los lazos más profundos del amor biológico y espiritual
están en la base de todas las relaciones personales y culturales, pero hay un amor
más alto que trasciende muy por encima de las programaciones culturales y
religiosas de la sexualidad. Los estándares de moralidad forzados por la
religión y la cultura en tu paradigma actual impulsan una gran opresión en
términos de expresión sexual. La orientación sexual muy específica, entonces,
refleja una firme división en la consciencia. No solo separa al varón de los
impulsos emocionales más nutricios, sino que también puede apartar a la mujer
de sus propias libertades para proyectar su fuerza y su intelecto. Formulan
efectivamente una cultura restrictiva en la que la mente y el corazón, la
fuerza y la nutrición, están divorciadas en una polaridad por medio del género.
La intimidad y la expresión
sexual son vehículos para expresar una energía no física en formas físicas. La
sexualidad puede ser sagrada o puede ser mera lujuria. Cuando es una expresión
espiritual de la unión física de las almas, se experimenta como mucho más que
un acto físico y se hace desde una intención y manifestación de chakras más
altos. En este sentido la energía de vida que se ha gastado se amplifica, se
santifica y vuelve al campo de energía de los participantes y aumenta su
vitalidad y equilibrio. Cada uno registra la impronta álmica del otro.
Sin embargo, este no es el caso
cuando es expresada solo por deseo físico con el único propósito de una
gratificación sexual. Cuando la sexualidad se realiza solamente por apetencias
físicas, la energía vital se gasta simplemente, y no regresa al campo de
energía humana. De hecho en algunos casos, cuando el acto se basa en el egoísmo
y la mera gratificación, deja al campo electromagnético con rupturas, y puede
ocurrir una sangría de energía.
La mayoría de los humanos en
tu sociedad actual tienen cuestiones conflictivas con respecto a su sexualidad
y a su expresión sexual. La sexualidad es un formato que puede fusionar dos
almas en una dichosa unidad como una sola, pero también puede expresar una como
el Uno. Es el aspecto cualitativo de la intención de los participantes lo que
determina el nivel del flujo chákrico específico, ya sea que se realice o no en
la más alta claridad.
¿No es irónico que muchos de
ustedes logren el más alto equilibrio en sus vidas solamente después que sus
cuerpos dejan de producir hormonas sexuales?
Sin embargo, la liberación de
la kundalini, del chi, a través del acto sexual está entre las energías más
potentes de que dispone la humanidad. Se ha usado para bien, y ha caído en un
desperdicio por apropiación errónea. La clave está en la intención. Cuando hay
atracción consensuada, combinada con cariño y respeto mutuo, puede ser
exquisitamente sensual, hermosa y sagrada. Es capaz de transportar al espíritu
a los reinos más altos, acompañando a la trinidad de cuerpo, mente y alma.
Cuando esto ocurre, especialmente entre miembros del mismo grupo álmico, hay
una impronta energética y un efecto sinérgico en extremo benéfico en muchos
niveles.
La sexualidad es la expresión
natural del amor que florece entre las almas. Puede ser la más alta expresión
natural de amor entre personas, sin importar el género. Sin embargo puede
volverse una fuente de culpa, de control, una fuente de sesgo y de juicio.
Puede originar auto engrandecimiento y adicción especialmente en el género
masculino, porque el impulso masculino a la reproducción está instalado, por
así decir, en lo corpóreo. Por lo tanto suele comprenderse mal y aún más
seguido se usa mal.
Las relaciones debieran
basarse en el acuerdo, y debiera honrarse la libertad de esta expresión, no
obstante ha de alinearse óptimamente con los chakras superiores. El dominio de
uno por el otro no es congruente con el verdadero amor en relaciones cualquiera
sea su naturaleza.
La intención elevada dentro de
la sexualidad es en extremo benéfica a todos los niveles, físico, mental y
espiritual. Puede ser una fuente de rejuvenecimiento y regeneración. Sin
embargo, algunos eligen expresiones sexuales que bordean el libertinaje, la
manipulación, la codicia, el auto engrandecimiento, la conquista y una adicción
al orgasmo tristemente mal alineada. Sin juzgar les decimos que la energía
sexual es un don de energía exquisita y sublime, y cuando se usa con intención
elevada ofrece una visión de la dicha orgásmica sagrada de los reinos
celestiales. Es fuerza de vida, y debiera usarse sabiamente, abarcando cuerpo,
mente y espíritu. Cuando la expresión sexual es elegida debidamente, su
despliegue responsable con la más alta intención, a través de la conexión del
corazón y del amor, es un aspecto de la impecabilidad cristalina.”
AA
Metatrón
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