CLAVES DE MENSAJES

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sábado, 28 de mayo de 2016

YESHUA: EL GRAN MISTERIO



YESHUA: EL GRAN MISTERIO

Canalizado por Pamela Kribbe
Traducido por Jairo Rodríguez R.


En el Universo hay un Gran Misterio; y consiste en que hay algo en lugar de nada, en que existe algo. En el Universo hay Vida, Luz y Consciencia; la Vida danza y se mueve.

¿Cómo ha sucedido todo esto?

  
Es importante que primero te maravilles ante el misterio de la Vida, la Luz y la Consciencia. Estos elementos no pueden existir aisladamente; donde hay Vida, también hay Luz y Consciencia. La Luz hace que se manifieste la Vida. En la Luz hay una fuerza impulsora que provoca que la Consciencia se eleve, hasta que llega a un punto donde se puede reflejar sobre sí misma, hacerse autoconsciente. Cuando la Consciencia llega a ese punto, la Vida puede hacerse consciente y es capaz de darse forma. La Vida puede elegir y progresar; y entonces ocurre la formación de algo llamado un Yo; es el nacimiento del Alma.



Pero debo retroceder un paso y describir los principios de la Vida, de la Luz y de la Consciencia. ¿De dónde provienen? ¿Cuál es el origen de la Vida? En el seno del Cosmos hay un vacío, una vacuidad que respira: Una totalidad en el silencio. Ése es el origen de la Vida; y puedes conectarte con ese origen respirando silenciosamente. Cuando respiras en silencio y quietud; y llevas tu atención a la inhalación y la exhalación, te conectas con la Fuente primordial del Ser.



Este silencioso comienzo, el fundamento de toda la Vida, continúa estando presente en cada uno de vosotros. Vive y respira en ti sin importar qué hagas o qué no hagas. El origen, el principio, el vacío que está ahí y desde el cual nace todo, aún existe en tu interior. Darte cuenta de eso te libera; y también quita los límites de quien eres. Revela la naturaleza dual y relativa de tu individualidad.


En ese vacío inicial, en ese espacio, aún no existe individualidad, no hay Almas únicas. Hay pura existencia o puro ser; siente el misterio de esta Existencia; lo rodea todo. Sin este Fundamento del Ser, no existirías; te satura y te nutre.



¿Qué Es? En este silencio vive el Aliento de Dios. Dios es indeterminado, indefinido; ilimitado. No tiene forma, no tiene individualidad. Dios es consciente de todo, pero en este gran campo de Consciencia ilimitada que es Dios, hay bolsillos, o huecos, en los cuales predomina una carencia de Consciencia. Esa falta de Consciencia hace posible que allí crezca y florezca la Vida.


Dios, el Ser, ha creado lugares donde la Vida es inconsciente, a partir de los cuales se puede desarrollar el deseo de Consciencia y de crecimiento hacia la Luz. Vosotros estáis localizados en uno de esos bolsillos en el campo de la Consciencia que es Dios. Dios tuvo que crear una Consciencia menor para que surgiera la individualidad.



Para crear Vida individual, Dios tuvo que hacer algo paradójico, porque en Su Esencia, Dios lo es todo. Todo lo que existe está en Dios, tanto lo posible como lo imposible, así que Dios tuvo que crear lugares de Consciencia menor para permitir que naciera el Alma. El Alma es una Consciencia definida y limitada que encuentra su camino a través del tiempo y del espacio, siempre buscando esa unión con Dios, del cual nació. El nacimiento del Alma fue un salto hacia la oscuridad del olvido.



Al crear Consciencia en el nivel individual, hay algo nuevo, algo magnífico creado en Dios: Una Consciencia Viva que crece y es dinámica y se transforma; y la Vida es cambio, permanece en un estado de transformación. Cuando la Consciencia lo incluye todo; y también incluye todas las posibilidades, no es posible el crecimiento dinámico desde la inconsciencia hasta la plena Consciencia. Solamente a través de este dinámico proceso es creada la Luz en la espiral del crecimiento del Alma: Desde su nacimiento a su juventud y hasta su madurez. Y este crecimiento en el campo del tiempo y el espacio es el que aporta a la Consciencia de Dios.



El Alma vive en una relación de Amor con Dios. Dios es la Fuente del Alma, su Útero o su Matriz; y es la meta por la cual se esfuerzan todas las Almas. Y Dios crea el Alma para tener satisfacción de la urgencia del Alma de transformarse; con la resultante profundidad de sentimientos. El misterio es que Dios Mismo, a su manera, se hace visible, tangible, experimentable, por medio de la Consciencia individual que tiene el Alma. Éste es el propósito del nacimiento del Alma.



El Alma es arrastrada a perder su camino en los vacíos de Consciencia, al menos en parte. Esto es necesario en la senda del Alma porque es importante que el Alma se expanda y retorne con total libertad a la Consciencia Divina, a la omnisciencia, a saberlo todo. Por eso la maldad, que se considera “desfavorable“, es parte de su viaje.




Cuando el Alma se expande hacia el Principio, hacia su Esencia, hacia el Dios en sí misma, es precisamente en ese vacío, en la ilimitada y totalmente abarcante naturaleza del Ser de Dios, donde experimenta su liberación. Entonces el Alma ha llegado al Hogar.



La Luz y la oscuridad son elementos que pertenecen al viaje del Alma. El juego de Luz y oscuridad es creado porque Dios retira Su Consciencia de ciertas partes del Cosmos, o la oculta; y allí le da libertad al juego del Alma. La Creación del Alma es realmente una contracción, un estrechamiento de la Consciencia. Pero ese proceso tiene un propósito, porque es precisamente en esa contracción donde hay un movimiento, un proceso de realización importante y valioso; y es ese proceso el que crea la Luz.



La Luz surge donde la Consciencia individualizada se abre hacia la Fuente Divina. Cuanto más se fortalece la Luz, más crece la Consciencia; y más se siente la conexión con el Uno. Entonces la contracción se abre gradualmente a la Plena Consciencia. Esta interacción de contracción y omnisciencia es la Esencia de la Creación. En esa danza entre ambos polos, Dios llega a Su más grandiosa expresión.


Yeshua.



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