YESHUA ~ EL FUTURO
Canalizado por Pamela Kribbe
Traducido por Yvonne Mohr
Queridos amigos:
El futuro está en tus manos. Ya hay
un plano del futuro de la Nueva Tierra en tu corazón. Eso hace que tu corazón
cante, eso es lo que te hace feliz y es allí adónde quieres ir.
Algunos de ustedes, tan desanimados
por el dolor y el sufrimiento, dirigen sus ojos al cielo, a esferas de luz no
terrenales y quieren ir allí para escapar de la tierra. Quieren regresar allí y
ver aquello como su hogar. Pero yo te digo que tu nuevo hogar está en la
Tierra, en conexión con este hermoso planeta, que es tan rico en vida y
diversidad y en conexión con tus semejantes. Ahí está tu destino.
Siente la realidad de la Nueva
Tierra. Esa Nueva Tierra ya existe en el nivel etérico. ¡Siéntela! Déjate hacer
una foto en esa Nueva Tierra y observa esa foto. El futuro ya está aquí. ¿Qué
haces allí? ¿Cuál es el primer sentimiento que aflora en ti cuando lo piensas?
¿Dónde vives? Mira tu casa y los alrededores. Sobre todo, deja que su atmósfera
te embargue. No necesitas ver ningún detalle, solo sentir cómo fluye la
energía, cómo te sientes conectado a la tierra y al mismo tiempo al cosmos.
Conectado con tu alma, que se ha conectado con la tierra.
Echa un vistazo a tu yo futuro. ¿Qué
notas, qué es diferente de esa persona? ¿Brilla más? ¿Se siente más liviana?
¿Se ríe más? ¿Y qué quiere él o ella decirte? Ese futuro yo tuyo tiene un
mensaje para ti y, con ese mensaje, ese yo crea una línea de conexión con el
ahora, un conducto de inspiración y aliento. ¡Toma esa línea! ¡Siéntete llevado
por la vida!
¡Has sido retenido por el pasado, por
los miedos, por el dolor, por la resistencia durante tanto tiempo…! Ya es hora
de que el futuro te guíe. Déjate guiar por el futuro de quien tú eres allí.
Desde tu ser radiante, descongestionado de la carga del pasado y liberado. Esa
es tu guía, ese es tu camino.
¿Y qué hay del pasado? ¿Qué sucede
con el miedo que te paraliza, con el miedo que aún te impide ser quien eres tú
en la actualidad? Sobre el miedo quiero decir lo siguiente: Si te empequeñeces,
si te criticas incesantemente, si tienes pensamientos negativos sobre tus
posibilidades, el miedo podrá penetrar en ti más fácilmente para luego volverse
omnipresente.
El miedo es una energía, y es una
energía viva. Como todo lo que es, el miedo tiene conciencia y es algo vivo. Y
algo que vive necesita alimento para sobrevivir, y el miedo puede muy bien ser
alimentado por tus pensamientos. Pensamientos que te han enseñado y que has
hecho tuyos, pensamientos que provienen de esta vida o que aún están ligados a
vidas pasadas. Hay un campo de pensamiento a tu alrededor, un hábito de
pensamiento general, y la cuestión es si tú alimentas tu miedo con ello o no.
El miedo es una emoción y, como tal,
no tiene nada de malo. Cuando algo es peligroso, la primera reacción que
aparece de manera lógica y natural es la ansiedad. Estás amenazado y tú y tu
cuerpo pasáis por un episodio de miedo, eso es algo palpable. Puede tratarse de
una señal de advertencia para que reacciones. De esa forma, la ansiedad es
incluso útil, ya que es una señal de advertencia que se manifiesta en tu
cuerpo. Si actúas en concordancia con ello, el miedo cumplirá su cometido y
después se disolverá. Pero para la mayoría de ustedes existe un temor
permanente que nada tiene que ver con un estímulo presente, sino que se ha
construido en el pasado, que se ha ido arraigando con el tiempo y que no se ha
procesado ni entendido. De manera que cuelga a tu alrededor como un peso que te
retrae y te restringe y lo que sucede entonces es que tus pensamientos
inconscientemente mantienen ese campo. Pensamientos como: “No puedo, no sé
cómo, no puedo hacerlo solo, estoy indefenso, necesito que alguien me muestre
el camino…”, etc. Toda esa clase de pensamientos abnegados refuerzan el campo de
miedo en ti. Y no lo digo esto para desanimarte, sino para mostrarte de qué
manera puedes liberarte del miedo.
Todos ustedes saben que uno puede
hacer muy poco cuando el miedo lo asalta. Es una energía aguda y cortante que
te paraliza. Los que sí pueden hacer algo son tus pensamientos, los hábitos que
has desarrollado; el concepto que tienes sobre ti mismo y lo que piensas acerca
de quién eres y las cosas que puedes hacer y las que no. En el momento en que
te alejas de los pensamientos que te niegan a tí mismo y ese espacio se llena
de la comprensión de uno mismo, de compasión y de agradecimiento por todo lo
que has experimentado, en ese preciso momento, el miedo ya no obtiene más
alimento. Todas esas capas que se habían ido acumulado en el pasado, se desmoronan.
El miedo todavía puede manifestarse como una emoción aguda que puede estallar,
pero entonces puedes dejar que fluya a través de ti. Y, como no lo enjuicias,
ya no alimentas ese miedo. Ya no te dices a ti mismo: «Tengo miedo. No puedo,
no debería hacer esto o aquello. Mejor retrocedo y me escondo por lo que
pudiera pasar».
Es muy fácil pasar de la emoción de
miedo a los pensamientos que te niegan a tí mismo, a las conclusiones que
extraes en función del miedo que sientes. Y precisamente, es a través de esas
conclusiones y esos pensamientos, que puedes lograr un cambio.
En lugar de alimentar el miedo con
tus pensamientos siendo un servidor del miedo, puedes adoptar la actitud de ser
tu propio amigo y tu líder. Entonces, cuando sientas miedo, puedes verlo como
el llamado a ti mismo para despertar la parte más poderosa y amorosa que hay en
ti. Cuando tienes miedo, cuando sientes miedo, este es un grito de ayuda para
ti mismo y luego atraerá tu luz: “Ayúdame”, dice el miedo, “tengo miedo”. En
ese momento, puedes envolverte de dulzura y comprensión, y entonces irás más
allá del miedo y dejarás de alimentarlo. Y a medida que el miedo vaya
menguando, gradualmente esa sensación de miedo dará paso a la confianza, al
coraje y a la audacia, a la vivacidad y a la alegría. Entonces podrás
distinguir entre un miedo sustentado en el pasado y un miedo asociado al
presente. Y al hacerlo, descubrirás que el miedo al presente es limitado en sí
mismo y muy fácil de examinar, y que son esos miedos del pasado mezclados con
pensamientos negativos, los que alimentan esa ansiedad que a veces es tan
difícil de superar.
Ahora, me gustaría pedirte que
imagines ese miedo, esa combinación comprimida de miedo y pensamientos
negativos con la que has estado cargando durante tanto tiempo, como una especie
de área oscura que te rodea. Y es posible que puedas ver que en algunos puntos
de tu cuerpo o a su alrededor es más oscura que en otros. También puedes verlo
como una neblina apestosa o una niebla gris. Solo obsérvala. No tengas miedo de
esa área, porque no estás inmerso en ese campo, solo lo percibes, Luego pídele
al miedo que se te presente. Díle: «Quiero verte. Quiero entender quién eres.»
Siente esa carga del pasado y simplemente deslízate allí con tu conciencia. No
es necesario que te conviertas en ese campo, solo siéntelo desde adentro para
que entiendas lo que quiere transmitirte. Eso que sientas puede ser aterrador,
pero también puede ser un peso, un desánimo depresivo. El miedo también puede
manifestarse cuando te sientes encerrado, cuando no puedes entrar en contacto
con tu pasión, con el fuego que vive en ti.
Ahora deja que emerja todo aquello
que te ancla al pasado y luego siente el poder del fuego y su efecto curativo y
purificador.
Y ahora imagina que detrás de ti hay
alguien que te ama. Puede ser un líder o un maestro que hayas visto estos días
o puedes verme a mí . O a alguien con quien te sientes fuertemente conectado y
que emite luz para ti. Esa figura poderosa y sabia, llena de compasión por tu
camino y por quién eres, está detrás de ti y ahora te ayuda a entregar la
túnica oscura del pasado, la bruma, la pesadez, la carga. Despréndete de todo
aquello que quiere ser resuelto. Confíaselo al fuego, al calor de la vida. Deja
que se suelte y observa cómo el fuego lo absorbe sin esfuerzo.
Es hora de desapegarse.
Es hora de ser libre.
Es hora de reconvertirse en uno
mismo.
Y es hora de dar un paso adelante.
Aún así, el miedo todavía puede
obstaculizarte. Lo que sucede cuando dudas en dar un paso adelante y te
escondes temeroso y te encierras en tu caparazón. Aislarse y no mostrarse tal
como uno es puede parecer seguro, pero eso también tiene un precio.
Cuando suprimes tu propia energía
vital, tu inspiración, el llamado de tu alma por un tiempo, básicamente lo que
estás haciendo es alimentar el miedo. No mostrarte también es una acción, no
dar un paso también es un paso. En realidad, un paso que aumenta el miedo y lo
hace más grande. Cuando se persiste en esa actitud, a la larga se desarrolla
una incomodidad física o emocional, ya sea una inquietud en el alma, una
insatisfacción, el sentimiento de no pertenecer aquí, el sentimiento de querer
irse de aquí. Esas son señales de que tu alma es realmente más de lo que tu
personalidad quiere manifestar y que te estás reteniendo por algo.
No dejes que el miedo se adueñe de tu
vida. Confía en la vida y en el futuro. Si sientes el hechizo del miedo,
encárate hacia el futuro. Siente el aliento y la confianza, la facilidad y el
provecho que provienen de allí donde estás siendo tú mismo.
Y finalmente, siente la realidad de
tu yo futuro, conectado con tus semejantes, conectado con el cielo y la tierra.
Siente esa presencia a tu alrededor. Siente cuánto espacio hay para ti, cuántas
oportunidades hay para vivir una vida plena e inspirada. Todo está allí para
ti.
Os agradezco a todos vuestro coraje y
vuestra presencia. Seguiremos caminando a tu lado. Siempre estamos contigo.
Yeshua
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