KRYON - LA ENSEÑANZA
Canalizado por Lee
Carroll
Traducido por María
Cristina Cáffaro
Saludos,
queridos, Yo Soy Kryon, del Servicio Magnético.
El salón
está lleno con aquellos que conozco. A los que escuchan más tarde, los conozco.
Esto se debe a que todos ustedes son parte de la familia más grande. Una
familia que les está oculta cuando están aquí. Y quiero hablar sobre algo, un
tema que hemos abordado antes, pero no necesariamente de esta manera.
Aquí hay una
energía muy nueva para el planeta, y ustedes están en transición desde una
consciencia del pasado a lo que es una promesa del futuro. ¿Cuántas veces les
hemos contado que moverse literalmente desde un lugar más oscuro a otro lugar
más claro trae consigo alegría, anticipación, y también la vieja energía?
Porque una linterna no se paga y simplemente
todo queda lo más bien. En cambio, ustedes tienen que resolver el
enigma.
Les hemos
dado muchos mensajes sobre lo que sucede cuando pasan de un lugar más bajo a
uno más elevado; algunos de los hábitos, de los prejuicios, algunas de las
cosas que ni siquiera saben que hicieron. Sin embargo, hay una cosa que es
común a la mayoría. Algo que tiene que ser limpiado, no porque traiga adheridas
cosas viejas; tiene que ser limpiado debido a quiénes son ustedes. Cuando oigan
de qué se trata, lo sabrán, porque hemos hablado de eso antes.
Entonces,
empecemos desde el principio. Cosas que debieran saber sobre sí mismos. No está
allí lo que les han contado. Cosas que, espiritualmente, son tan verdaderas y
hermosas que tal vez las han olvidado. Cosas que hoy no se enseñan en los
sistemas espirituales que ustedes tienen. No de esta manera.
Quiero
retroceder al comienzo. Y el comienzo, según lo que voy a ver y decir, es
cuando la enseñanza comenzó.
Queridos, en
todo el planeta tienen una historia de la creación. Diversas culturas tienen
historias varias de la creación. La que en esta cultura pueden haber recibido
al crecer, la más popular, es muy similar
a la que enseñamos como la siembra del planeta. Entonces escuchen, otra
vez, por un momento, sobre esta cosa asombrosa que ocurrió con los humanos
biológicamente, esotéricamente, hace unos 200.000 años.
Hubo un
cambio, una transformación, muy importante. Y si se elimina toda la física o lo
físico de eso, lo que realmente tuvo lugar fue un bello cambio de implantación
en el ser humano de un discernimiento entre luz y oscuridad. El conocimiento,
por primer vez, del Creador; libre albedrío para verlo o no; intuición; belleza,
discernimiento; todas estas cosas eran nuevas. Hubo un salto en la evolución.
Doscientos mil años atrás; por designio, no por azar; es la historia de la
creación, está en sus sagradas escrituras. Tal vez contada de forma diferente,
pero es la misma historia. Ustedes eran seres humanos, mamíferos como cualquier
otro del planeta, y algo sucedió. Una fuerza angélica descendió. Y con la
historia de la creación que han oído, del Adán y la Eva, y el Jardín del Edén,
todas metáforas de lo que nosotros les hemos contado, de cómo recibieron el
bello conocimiento de la luz y la oscuridad, el discernimiento, la elección.
¡Está en todo el planeta!
De modo que
ahora los voy a poner a ustedes en el lugar del Creador, por un momento
solamente. La cuestión de la luz: ¿qué habrían hecho ustedes? Digamos que ustedes tienen la mente de Dios,
y digamos que han visto este milagro, que ha sido por designio, y lo estaban
observando. ¿Qué habrían hecho inmediatamente después, cuando la siembra estaba
completa? Para darles una idea de adónde voy, digamos que toman a un niño
pequeño y le dicen: "Te daré algo asombroso y bello: te pondré en una
biblioteca que contiene el conocimiento de todas las cosas. Y luego podrás
elegir entre todos esos libros" Y luego sales, y en tu camino hacia afuera
dices, "Oh, lo siento, nunca te hemos enseñado a leer. Miles de libros, y
puedes tocarlos, pero no sabes qué contienen." Entonces, ¿no tendría más
sentido una historia de la creación acompañada por enseñanzas? (se ríe) Y las escrituras no dicen nada
de eso, nada en absoluto. De modo que se les da todo esto a los seres humanos y
luego se los deja que se arreglen por sí solos. El ángel no les enseña
nada. Verdaderamente. Las escrituras te
dirán que luego vinieron los Maestros, y hubo muchos. Y a lo largo de la
historia y a través de las culturas, hubo muchos de ellos. Pero la Fuente que
realizó la siembra, la energía angélica que tenía la fuerza detrás de la
historia de la creación, simplemente se fue. Y ustedes se quedaron solos, y
entonces empezaron las historias que ustedes oyen.
Pero mi
historia es diferente; es más lógico que al ocurrir la siembra empezara la enseñanza. No se puede ocasionar
ese tipo de cambio, colocarlo sobre la humanidad, y luego irse. En cambio,
nosotros les contamos que quienes les dieron las semillas, que eran aquellos de
las que ustedes llaman las Siete Hermanas (N.T.
las Pléyades), se quedaron y empezaron a enseñar.
Ahora bien,
la siembra real empezó hace un largo tiempo, de manera muy, muy gradual, y
mucho tuvo que suceder en la biología antes que ustedes llegaran a un punto en
que todos estuvieran preparados, y ese fue el punto de los 52.000 años. Hubo
dos ciclos del bamboleo de la Tierra involucrados en la civilización humana,
hasta que estuvieran en el estado preciso para crear lo que han hecho. Todo lo
que condujo hacia ese punto hace 52.000 años fue en preparación. Y entonces llegó Lemuria. Y luego otros
lugares en el planeta donde se les enseñó. No solo Lemuria, hubo más.
Lemuria fue
especial porque estaba aislada. Eso significa que podía perdurar mucho más, sin
ningún tipo de visitas, en los 30.000 años que los lemurianos fueron
pleyadianos y tuvieron maestras pleyadianas. De modo que aquí estamos, la
enseñanza empezó cuando la siembra estuvo completa. Ustedes no van a encontrar
eso en las escrituras; encuentran una historia de la creación y luego todos se
van. Eso de por sí no tiene sentido, queridos, no es lógico que Dios los
pusiera en un lugar y les diera este bello conocimiento y luego no hiciera nada
con eso, nada de enseñanza, ninguna instrucción. Es casi como que la oscuridad
se fue a la luz y luego los ángeles desaparecieron. Eso ni siquiera es lógico,
queridos. No. Hubo enseñanza. Y las primeras cosas que se enseñaron, las
primeras, con la rueda de enseñanza con
cinco radios, fue: quién eres tú. Eso es lo que los pleyadianos querían que
ustedes supieran: de dónde venían ustedes, de qué se trataba esto, cómo
funcionaba. Toda la enseñanza estaba allí, la enseñanza del regreso al centro,
la enseñanza de que ustedes tienen a Dios en su interior, y las semillas de
quienes les estaban enseñando.
Que los
ángeles descendieron al Jardín del Edén y a Adán y Eva, e hicieron lo que
ustedes han oído que hicieron, ¿realmente tiene sentido que no les hayan dicho
a ambos: "Y ahora ustedes tienen lo que nosotros tenemos"? "Y ahora tienen en ustedes lo que es la
Luz, y ahora tienen en ustedes una pieza del Creador, que nosotros hemos
colocado en ustedes. Úsenla sabiamente. Aquí hay algunas
sugerencias." No hubo nada de eso,
no les dieron nada de eso. La verdad es que nos quedamos y enseñamos. La Fuente
Creadora, representada por los pleyadianos, se quedó y enseñó. Y enseñamos
durante largo tiempo. No tiene sentido darles la biblioteca sin enseñarles a
leer. Y es lo que hicimos.
Y la razón
para contarles esto, es que a ustedes se les perdió algo, y lo necesitan de
vuelta, y lo necesitan rápido. Uno de los aspectos más hermosos que se les
enseñó - las maestras pleyadianas, ustedes las llamaban las madres de las
estrellas, las maestras - se sentaban y vertían información hermosa, y le
decían a los niños: Mira a tu madre, (queriendo decir, la que era maestra)
quiero que nos mires, porque un día tú, ustedes, serán nosotros. Quiero que nos
mires a nosotros de las estrellas, porque este es el linaje de la Tierra.
Quiero que nos mires y veas la belleza del Dios que te ha creado, que está en
nosotros, y está en ti. Queremos que entiendas que siempre volverás al centro,
sin importar cuántas vidas que crees que tienes, sin importar cuánto tiempo
vives, esto va en ambos sentidos, vienes y te vas de este planeta, el centro,
tú vienes y te vas porque este es el sistema. ¿Lo ves? siempre retornas a la
creación y luego vuelves, y vienes, y vas, es hermoso. Es un sistema de tira y
empuja, ir y venir, con la belleza del Dios interior; tú eres Dios.
Eso se
enseñaba a los niños, y ellos lo entendían. Lo entendían porque lo estaban
viendo, lo veían. Los niños se volvían adultos, y los hijos de estos niños
aprendían lo mismo. Y allá iban, akáshicamente, para nacer otra vez en otros
lugares del planeta para llevar este mensaje, y llevar este mensaje, y llevar
el mensaje. Y con la civilización, queridos, con el libre albedrío, la
naturaleza humana y la eficiencia de oscuridad/luz empezaron a cambiar, y
ustedes saben qué sucedió.
Con libre
albedrío, se eligió la oscuridad por encima de la luz. Entonces muchas
civilizaciones se autodestruyeron, porque ya no entendían otra cosa que la
oscuridad. Aquellos que sí entendían y tenían la plena experiencia del Dios
interior, eran dejados de lado y apaleados. Había demasiado poder en la luz, y
la oscuridad lo sabía.
Y
lentamente, ustedes tuvieron esto en lo que crecieron, queridos. Una
civilización tras otra creó más o menos la misma proporción de luz/oscuridad.
La luz fue ocultada, dejada de lado. Es interesante, en cada civilización
sucedió algo: surgieron sociedades secretas, y estas sociedades secretas
tuvieron que esconder el conocimiento del Dios interior. Pero la oscuridad
dijo: "¡Miren! Allí hay una sociedad secreta, deben estar haciendo cosas
malas, debe haber brujería allí. No vayan allí, no crean en ellos". El
comienzo de las conspiraciones, el comienzo de la oscuridad en todos los
rincones, el comienzo de la desconfianza, incluso de aquellos que tenían el
conocimiento del Dios interior en la sociedad secreta, eran llamados "el
diablo". Y la oscuridad parecía ganar siempre, porque los seres humanos
creían en lo peor en todas las cosas. Eso define a la energía oscura. Y la
belleza del Dios interior fue suprimida.
Es casi como
si tuvieras un trozo de oro, brillando como el sol, que eras tú, y con el
tiempo el polvo y la suciedad lo cubrieron y el oro se fue. Y aquí estás hoy,
con oro polvoriento. Ahora bien, eso es una metáfora para la falta de autoestima.
Es común, es común no solo en las almas antiguas; es común en todos los
humanos. Porque la mayor parte de la humanidad que ha venido y se ha ido de
este planeta, que ha reencarnado, experimentó esto, igual que tú. Decir tal vez
que tú eras Dios, o que tenías algún poder, o que sabías cómo funcionaba la
consciencia, sería una sentencia a muerte. Hasta los chamanes, los que podían
hacer magia, a los que se recurría para cambiar el clima, incluso ellos estaban
todo el tiempo en problemas. Porque si algo no ocurría de la forma exacta y
correcta, les echaban la culpa, y a menudo los mataban. A algunos de ustedes
les pasó. Ustedes fueron ellos, son sus propios antiguos, y en eso, almas
antiguas, algunos de ustedes fueron ellos.
Algunos de
ustedes nacieron espirituales, con conocimiento, y tan pronto pudieron crecer y
caminar, estaban siguiendo el mismo camino otra vez más, sin creer nunca en sus
padres, sin acudir a ciertos tipos de organizaciones religiosas estructuradas.
Otros despertaron más tarde, pero todos ustedes tenían el oro polvoriento. La
falta de autoestima viene de vidas de que no les creyeran, de tener que
esconderse en un lugar oscuro. Algunos despertaron con el conocimiento
intuitivo de no traspasar los límites de la luz, comportarse; no salir del
armario demasiado pronto. O no salir en absoluto. Porque podían tener que pasar
por lo mismo. Pero incluso los que sí salieron, incluso los que enseñan,
incluso los que escriben los libros, incluso los que se sientan en esa silla y
canalizan, tienen oro cubierto de polvo.
Alma
antigua: la verdad te fue dada por los que te sembraron. Qué hiciste con ella,
puedes mirar alrededor y verlo. Transformada en reglas, en negatividad, en
disfunción, en muchas cosas. Incluso aquellos que conocen la verdad sobre el
radio del regreso, sobre la enseñanza original, aun si lo saben, tienen el oro
sucio, oro polvoriento. En otras palabras, en este salón y escuchándome, esos
humanos que tanto quieren avanzar, esos humanos que dicen "Sí, estoy
viendo la luz", todavía sufren por miedo, dudas, y falta de autoestima.
Nosotros lo sabemos. ¡Nosotros lo sabemos!
Ahora quiero
que ustedes reconozcan esas palabras. El Espíritu, Dios, la Fuente Creadora,
como quieras llamarla, conoce este asunto, y está preparada para ayudarte a
limpiar el polvo para que empiece a brillar como luz. Y todo lo que tienes que hacer es empezar a
reclamarlo, y si quieres algo para imaginar, si quieres una visualización, usa
la que acabo de darte. Alma antigua, tú brillas como el Sol. Como oro puro,
pulido de tal modo que puedes ver tu rostro en él. Y quiero que consideres por un momento cómo
sería tomar tu mano, incluso sin un paño, y limpiar ese polvo del oro, ese
polvo que está sobre el oro y ver tu cara. Ver el reflejo de tu cara en él. Y
la metáfora sería para ti que al hacerlo que estás limpiando la duda. Limpiar
eso que no puedes identificar bien qué
tiene de malo adentro, cuando no crees en cosas; qué es lo que está mal cuando
no quieres acompañar el programa de la belleza, de la benevolencia, o de la
compasión. Qué es lo que te impide creer en algunas de las cosas que se te
presentan. Eso es el polvo sobre el oro. Es la historia diciéndote que no es
real, es la historia diciéndote que es lo oscuro; es la historia diciéndote que
hay conspiraciones contra ello, es todo lo que has atravesado. Y ahora mismo,
en esta energía, en la luz, ese oro
está esperando que simplemente tú limpies ese polvo.
Y cuando lo
hagas, incluso si empiezas a hacerlo, incluso si lo consideras, las cosas
empiezan a cambiar. Si quieres aceptar algunos de los principios que aquí se
dan, por Kryon, desde esta silla, y en muchas sillas durante 28 años, si estás
preparado para ir al nivel siguiente, es hora de quitar el polvo. Porque eso
será el catalizador de todo lo que has pedido.
¡Oh, tú,
deprimido! Yo sé quién está aquí; yo sé quién está escuchando. ¿Es tan difícil
para ti salirte de esta cosa? A menos que sepas algo. ¡Nosotros conocemos este
problema! ¡Dios no está en un vacío, del
otro lado de algún velo negro! ¡Dios no te está juzgando por lo que hiciste o
por lo que no hiciste! En cambio Dios está allí, a tu lado esperando y
diciendo: "Límpialo, sóplalo, aquí tienes un paño si lo necesitas, ¡pero
hazlo!" Y entonces verás quién eres: tu rostro en el oro, tu reflejo, ¡la
imagen del amor!
Las maestras
pleyadianas enseñaban a los niños que habían sido creados a imagen del amor.
Eso es el Creador. Ellos eran creados a imagen de la belleza de la compasión,
eso es el Creador. Esa enseñanza todavía está contigo, está en tu Akasha; todo
lo que tienes que hacer es creerlo y empezar a quitar el polvo, la suciedad,
hasta que puedas ver tu reflejo y decir: "Lo sabía; es verdad. Fui creado
a imagen del amor."
Queridos,
esto va a ser el catalizador más importante en esta nueva energía para aprender
todas las cosas que desean aprender. No pueden percibir mucho más, si están en
duda plena y completa sobre quiénes son.
No sucede rápidamente, sucede tan rápido o tan lento como su pasado lo
permite. ¿Lo entienden? ¿Cuál ha sido su experiencia, qué les han enseñado?
¿Qué les han inculcado? Para algunos, no
es mucho. Para otros es mucho. De modo que algunos tendrán que trabajar más
duro. Oh, tú, deprimido; estoy hablando de ti. Pero tienes que saber que
dispones de ayuda. Estamos aquí. El Espíritu está aquí. Otros a tu alrededor,
están aquí, para levantarte y sacarte de esta depresión y llegar a un lugar -
escúchame - donde ya nunca volverás a tener ese polvo. No entrarás en depresión
otra vez. El ciclo que estás experimentando y has experimentado toda tu vida ha
terminado. Estoy hablando para alguien aquí. Y también estoy hablando a varios
que están escuchando. El ciclo se detendrá cuando te quites ese polvo, cuando
finalmente te veas como merecedor de estar en el planeta. No solo que eres
merecedor; tienes cosas que hacer (se ríe).
¿Cómo se
siente saber que eso todavía está allí?
No tienes que buscarlo en ningún lugar,
no tienes que ir por eso a ningún lado, no tienes que estudiar para eso.
Solo tienes que soplar y quitar el polvo. Y lo que vas a ver es la belleza que
tú eres; es mucho más fácil ver el amor y amarte a ti mismo, cuando no estás
mirando en algo en que no puedes ver nada, un espejo que está tan oscurecido.
¿Cómo vas a verte a ti mismo para saber quién eres cuando miras a un espejo que
tiene tanta suciedad encima? ¡Límpiala!
Empieza a ver ese espejo que te refleja, ese oro del Dios en ti. Eso
nunca cambió; solo la historia lo cambió, solo lo que te dijeron lo hizo
cambiar. Y ya es hora de crecer y tomar tus propias decisiones al respecto:
quién eres y cuál es tu relación con el Universo, con el Creador, con el Dios
en tu interior.
Oh, tú,
bello, magnífico ser humano, ¡yo conozco cómo luce ese reflejo! ¡Ve y
hazlo! Ya es hora.
Y así es.
Kryon
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