KWAN
YIN: LA CONEXIÓN CON EL YO SUPERIOR
AUTOR:
Susannah
El Yo Superior es el aspecto
de tu espíritu consciente individual. Lo
que llamas Yo Superior es la parte de ti que vive en la quinta dimensión y
todavía mantiene forma humana aunque no sea ya física.
Estar conectado con tu Yo
Superior es una forma de conexión con Dios, así como la liberación de energías
densas. Atraer la conciencia de tu Yo Superior en lugar de abandonar el cuerpo
físico para acceder a esta conciencia es una
forma conectar el yo humano a tu divinidad.
A medida que te acerques a la
iluminación y la ascensión, los aspectos iniciales de tu Yo Superior con los
que te conectes serán asimilados en tu cuerpo hasta que moren allí en un estado
de fusión permanente. Finalmente,
experimentarás tu Yo Superior como una bola de luz, una estrella, una espiral
de luz u otra forma esencial que ya no tendrá apariencia humana. Ello indicará
que estás alcanzando zonas dimensionales superiores de ti mismo. Primero,
establecerás contacto con la parte de tu Yo Superior cuya vibración y dimensión
están más cerca de tu cuerpo.
En las ilustraciones 14a y 14b
de las páginas siguientes, verás al Yo Superior uniéndose a ti al conectar las
palmas de sus manos con las tuyas. Luego se conectan los chakras al conectarse
la parte anterior del cuerpo de tu Yo Superior con la parte posterior del tuyo.
En el primer estadio, mientras las palmas de las manos se tocan, se establece un
flujo de energía desde el Yo Superior hacia tu cuerpo.
FIGURA 14a:
Las manos del Yo Superior y
del yo humano establecen contacto con el propósito de intercambiar energía.
FIGURA 14b:
El Yo Superior se coloca
detrás del yo humano te manda cordones de luz desde cada uno de sus chakras a
la parte posterior de los chakras del cuerpo humano.
El Yo Superior, se colocará
detrás de ti. La razón es que la parte subconsciente de los chakras está
situada en la espalda, detrás de la parte consciente de los chakras, que están
delante. Por ejemplo, por delante el chakra del corazón está situado en el
centro del pecho, y por detrás entre los omoplatos en el área de la cuarta a la
séptima vértebra toráxica.
Cuando tu Yo Superior conecte
con los siete chakras, sentirás un chorro de energía desde atrás y la forma de
tu Yo Superior, fusionándose plenamente con el cuerpo físico. Una vez terminada
la fusión, intercambiarás regalos con tu Yo Superior. A continuación tendrás
que dar a tu Yo Superior algo que te pida.
Tómate un tiempo para sentir el regalo energéticamente. Si no estás
seguro del sentido y objetivo del regalo, pregunta. Después colocarás ese
regalo dentro de tu aura o de tu cuerpo, donde creas que es su sitio. Siempre
estará ahí, creando un lazo o unión entre los dos.
Ésta es la meditación para
encontrarte y fusionarte con tu Yo Superior:
1. Cierra los ojos y conéctate a la tierra.
2. Retrae el aura o extiéndela hasta los 60
a 90 centímetros alrededor del cuerpo en todas las direcciones. Comprueba las
rosas y los colores de los límites, realizando los cambios precisos.
3. Pide a tu Yo Superior que venga, se
coloque delante de ti y te ayude a ver o sentir su forma humana.
4. Cuando el Yo Superior se encuentre
delante de ti, extiende las manos con las palmas hacia fuera e invita a tu Yo
Superior a conectar contigo palma con palma.
5. Permite que la energía de las manos del
Yo Superior entre en tu cuerpo por los brazos y las manos y llene el corazón.
Luego déjala inundar el corazón y llenarte también el cuerpo. Esto tarda de dos
a tres minutos.
6. Cuando sientas la energía correr a través
de ti, pregunta al Yo Superior si responde a algún nombre. Mantente a la
escucha de la manera más relajada posible. Si después de un minuto no te da un
nombre, ve al paso siguiente.
7. Corta la conexión de manos y pide a tu Yo
Superior que se coloque detrás para enlazar los chakras.
8. Inspira a través del chakra de la
coronilla y pide a tu Yo Superior un cordón de luz desde su coronilla hasta la
tuya. Cuando sientas la conexión, sigue adelante.
9. Inspira a través del centro de la parte
posterior de la cabeza y pide a tu Yo Superior un cordón de luz desde su tercer
ojo o sexto chakra hasta la parte posterior de tu tercer ojo. Cuando sientas la
conexión, continúa con el siguiente paso.
10. Inspira a través de la parte posterior del
cuello y pide a tu Yo Superior que te envíe un cordón de luz desde su chakra de
la garganta hasta la parte posterior de dicho chakra. Cuando sientas la
conexión, continúa.
11. Inspira a través de la parte posterior de tu
chakra del corazón entre los omoplatos y pide a tu Yo Superior que mande un
cordón de luz desde su chakra del corazón o cuarto chakra hasta la parte
posterior de tu chakra del corazón. Cuando sientas la conexión, continúa.
12. Inspira a través de la zona de las costillas
directamente opuesta al plexo solar y pide al Yo Superior que mande un cordón
de luz desde la parte frontal de su plexo solar, o tercer chakra, hasta la
parte posterior de tu plexo solar. Cuando sientas la conexión, continúa.
13. Inspira a través del sacro y pide al Yo
Superior que te mande un cordón de luz desde su chakra sacro o segundo chakra
hasta la parte posterior de tu chakra sacro. Cuando se produzca la conexión,
continúa.
14. Inspira a través de la rabadilla y pide a tu
Yo Superior que envíe un cordón de luz desde su chakra de la raíz o primer
chakra hasta tu chakra de la raíz. Ahora siente el suave chorro u ola de
energía moviéndose por tu cuerpo desde detrás hacia delante. Es tu Yo Superior
fusionándose plenamente con tu cuerpo. Quizá te sientas más abierto, ligero,
pacífico, alegre, lleno de amor o simplemente con una sensación general de
bienestar. Relájate en este espacio el tiempo que desees, antes de avanzar al
siguiente paso. Si hay alguna parte del cuerpo en la que parezca no darse la
fusión, respira en esa área y relájala hasta que sientas el cambio de energía
que se produce cuando el Yo Superior es capaz de fusionarse contigo en ese
punto.
15. Pregunta a tu Yo Superior qué regalo le
gustaría recibir de ti. Luego, dáselo. Si deseas una explicación sobre la
trascendencia del regalo, pídesela ahora.
16. A continuación extiende las manos delante de
ti y recibe un regalo de tu Yo Superior. Sostén el regalo, sintiendo la energía
y míralo. Si quieres preguntar a tu Yo Superior qué significa el regalo, hazlo.
17. Cuando estés preparado, coloca el regalo en
tu cuerpo o tu aura, donde creas que sea su sitio.
18. Pregunta al Yo Superior si tiene algo que
comunicarte en este momento. Permanece relajado y receptivo, siente la conexión
mientras esperas la respuesta. Puede que recibas un mensaje o tal vez no.
19. Cuando sientas que ha terminado di a tu Yo
Superior que deseas estar permanentemente unido a él. Pídele que te ayude de
alguna manera en la consecución de este objetivo. Dile que volverás a conectar
pronto con él y pídele que se mantenga unido a ti cuanto sea posible, incluso
cuando no estés meditando.
20. Sé consciente del aire de la habitación que
entra y sale por los orificios nasales. Luego hazte poco a poco consciente de
tu entorno físico y abre despacio los ojos. Durante algunos momentos siente la
conexión energética con tu Yo Superior con los ojos abiertos antes de volver a
tu actividad diaria. Fíjate en lo centrado y sereno que estás. Mantente
presente en tu actividad al pasar de un momento a otro para ayudarte a mantener
la conexión.
Alineamiento del Eje Divino
con tu Yo Superior
La zona tubular de cinco a
seis centímetros, se extiende desde el extremo superior del aura cruzando a
través de la corona, descendiendo y rodeando la columna, bajando entre las
piernas al extremo inferior del aura. Este «tubo de luz» es el eje divino.
También continúa por encima del aura a través del centro de todos los aspectos
de tu Yo Superior de la quinta a la novena dimensiones.
Es lo que te une con todos los
aspectos que contiene tu holograma personal. A través de este enlace pasa la
luz de dimensiones superiores que desciende por el «tubo de luz» de tu cuerpo y
aura y es la clave para atraer la conciencia superior al cuerpo de forma
permanente.
Cuando el alineamiento del Eje
Divino se combina con la apertura y el despejamiento del Ka divino y además
vives en integridad espiritual, estarás preparado para que tu Yo Crístico
descienda paso a paso hacia tu forma física – preparándose para su ascensión en
el momento debido.
15. Alineamiento con el Eje
Divino, por medio del tubo de luz y el cordón plateado del Yo Superior y las
dimensiones superiores entrando en el aura y cuerpo humanos.
Las líneas continuas sobre la
zona superior de la cabeza humana representan el cordón plateado. El tubo de
luz está representado por el tubo estrecho que parte desde la porción del aura
bajo el cuerpo, lo atraviesa, surge de la parte superior del aura, atraviesa el
Yo Superior y asciende por las dimensiones superiores.
Una vez hayas alcanzado la
conexión con el Yo Superior, y las energías fluyan a lo largo del tubo de luz,
podrás relajarte y entrar en un estado de meditación más pasivo y receptivo.
Antes de abrir el tubo de luz
es importante la conexión con el «cordón plateado» del Yo Superior y su
posterior activación, como se muestra en la ilustración 15. El cordón plateado
tiene un diámetro de quince a veinte centímetros y dibuja un círculo por encima
de la cabeza en la zona del nacimiento del pelo, sobre la frente. Cuando anclas
allí el cordón plateado, se cierra el primer paso del Alineamiento del Eje
Divino.
Esto se logra simplemente
invocando a tu Yo Superior, pidiendo que su cordón plateado se te una a la
parte superior de la cabeza a la vez que te comprometes a ser uno con tu
divinidad. Levanta físicamente los brazos por encima de la cabeza hasta donde
alcancen con naturalidad, y con las manos abiertas siente el cordón plateado
que tu Yo Superior te coloca en el aura.
Entonces sujetarás el cordón
plateado con las manos y ayudarás a tu Yo Superior a bajarlo despacio hacia la
parte superior de la cabeza hasta que lo sientas sólidamente anclado y
permanezca allí cuando retires las manos. Después de esto abrirás el tubo de
luz pidiendo a tu Yo Superior que lo llene con tu propia luz y amor divinos.
Inspira a través de la coronilla y espira en sentido descendente por la espina
dorsal hasta que salga por entre las piernas para ayudar al Yo Superior a
despejar y llenar el tubo de luz.
A continuación sigue la
meditación para lograr el Alineamiento del Eje Divino.
1. Siéntate manteniendo la columna lo más
recta posible y sin cruzar los brazos, con el cuerpo en posición cómoda. No
importa que cruces las piernas si te es más cómodo. Si no, siéntate en una
silla donde puedas apoyar la espalda.
2. Conéctate a la tierra.
3. Retrae el aura o extiéndela hasta unos
sesenta a noventa centímetros en todas direcciones, incluso bajo los pies.
Ajusta como quieras los colores de los límites y las rosas.
4. Llama a los Emisarios Pleyadianos de Luz
y al Maestro Ascendido Jesucristo.
5. Pide a los pleyadianos y al Cristo que te
rodeen el extremo superior del aura con el Cono de Luz Inter-dimensional para
despejar y conseguir el alineamiento divino.
6. Di a los pleyadianos y al Cristo, que vas
a traer el cordón plateado y a activar el tubo de luz con tu Yo Superior.
Pídeles ayuda por si necesitas despejar el camino.
7. Eleva los brazos sobre la cabeza e invoca
a tu Yo Superior mientras declaras: «Pido a mi amado Yo Superior que coloque el
cordón plateado de luz en mi aura. Estoy dispuesto a atraer plenamente mi
divinidad hacia este cuerpo, cultivar la relación entre el cuerpo y el
espíritu, a recibir iluminación y a prepararme ahora para la ascensión. Deseo
trabajar contigo, amado Yo Superior, para que la unión del cordón plateado con
mi cuerpo sea permanente». Por supuesto, puedes usar tus propias palabras;
utiliza esta declaración ya preparada como guía o invocación, según lo
prefieras.
8. Cuando sientas que la energía del cordón
plateado te toca las manos que mantienes por encima de la cabeza, rodea con
ellas el cordón de luz y suavemente tira de él llevándolo hacia la cabeza.
Mantenlo allí hasta que lo sientas firmemente anclado y no se mueva cuando
retires las manos. Respira profundamente para facilitar el proceso.
9. Una vez conectado el cordón de plata,
pide a tu Yo Superior que llene el tubo de luz con tu propia luz y amor divinos
desde el extremo superior del aura, atravesando el cuerpo y saliendo por el
extremo inferior del aura. Inspira por la coronilla para absorber la luz y el
amor de tu Yo Superior a través del tubo. Cuando espires empuja el aliento
suavemente para que descienda por la columna y salga por entre las piernas
hasta el extremo del tubo de luz. Continúa con esta pauta respiratoria,
visualización e intención hasta que sientas, veas o percibas que el tubo de luz
se llena de luz completamente hasta el extremo inferior del aura. Probablemente
tardarás unos minutos. Junta las yemas de los dedos pulgar y corazón, con las
palmas hacia arriba y las manos sobre el regazo para que se puedan anclar las
energías en el interior del tubo de luz. Esta posición de manos es un mudra.
10. Di a tu Yo Superior que continúe llenando el
tubo de luz y te ayude a mantener el alineamiento del eje divino en todo
momento y sobre todo a mantener la energía fluyendo el tiempo que dure la
meditación.
11. Quédate meditando el tiempo que desees pero,
si es la primera vez que realizas esta meditación, que sea por lo menos diez
minutos.
12. Di a tu Yo Superior cuándo piensas repetir la
meditación y pídele que mantenga al máximo la conexión hasta entonces.
13. Abre los ojos despacio, manteniendo la
conexión con el Yo Superior a medida que recuperas la conciencia normal de
vigilia.
Después puedes pedir a tu Yo
Superior que haga fluir su energía y su luz por el exterior del tubo hacia uno
o todos los chakras. Esto no sustituye al flujo de energía cósmica dorada a
través de los canales y chakras del cuerpo.
Este proceso sana y despeja
más profundamente que la meditación con el Yo Superior. Cuando la energía del
Yo Superior fluye a través del cuerpo y de los chakras, activa cierto
despejamiento, pero su función primordial es la de traer el Yo Superior a tu
cuerpo y ayudarte gradualmente a llegar a un estado de identificación con tu
propia divinidad, en lugar de con la personalidad basada en el ego.
El flujo de la energía de tu
Yo Superior dentro y a través de los chakras acelera este proceso alineando y
generando afinidad entre los chakras y tu objetivo superior, así como elevando
la frecuencia vibratoria. Esta meditación tampoco pretende reemplazar la
primera meditación en la que tú y tu Yo Superior unís los chakras y os
fusionáis el uno en el otro. Esa primera meditación genera una mayor intimidad
y unión con tu Yo Superior, mientras que la segunda meditación sirve
específicamente para ponerte en alineamiento con el eje divino dentro de tu
holograma. Tú debes decidir qué meditación necesitas en cada momento aunque,
como ya he mencionado, se recomienda que realices diariamente el Alineamiento
del Eje Divino siempre que te sea posible. Esto acelera el proceso de
alineamiento vertical de tu eje divino en todo momento. Cuando llegue el
instante en que el cordón de plata esté ya colocado al empezar la meditación,
ve directamente a la parte relacionada con el tubo de luz. Al final, el cordón
de plata y el tubo de luz estarán permanentemente activados, fluyendo en tu
cuerpo y aura. Llegará el momento en que
tus distintas conciencias se fusionen y sean una de nuevo.
La energía y la percepción
Cuando centremos nuestra
atención en el cerebro humano, observaremos que sus pensamientos son
drásticamente coloreados por las emociones generadas en el área del corazón;
esta área se encuentra a su vez dominada por el chakra cardíaco quien
continuamente la está bombardeando de energía propia de su manifestación; es
preciso entonces trabajar con esa energía que el chakra cardíaco envía
continuamente hacia el corazón, esa energía es proveniente del cuerpo astral y
es ahí en donde se van acumulando todas las experiencias que a lo largo de la
vida una persona va pasando. Ahora bien, a su vez, la experiencia acumulada
filtra la percepción que las personas tienen de las cosas por las que están
pasando, y la filtra de tal forma, que el individuo observa únicamente cosas
positivas o únicamente cosas negativas, el ser humano pierde la capacidad de
discernimiento y la capacidad para ver las cosas imparcialmente tal como son;
el ser humano las colorea, y en esa filtración, los hechos son percibidos como
una confirmación de lo que sus creencias lo están obligando a ver. Podríamos
decir entonces, que los mismos defectos del hombre se retroalimentan a sí
mismos, gracias al papel que juegan dentro de la mente humana.
Para encontrar una respuesta
inmediata a la pregunta de cómo es posible aplicar esto a las terapias, diremos
que el ser humano debe desarrollar una nueva percepción de la vida y ésta
únicamente será posible a través del trabajo continuo y consciente de la
persona; la auto-observación y el auto-control mental y conductual, son piezas
claves dentro de toda terapia.
Sumergirse en el mundo del
corazón es como penetrar en un intrincado laberinto de complejas sensaciones
que tergiversan tanto lo que el hombre siente en realidad en su yo más
interior, como las emociones que está percibiendo provenientes del mundo que le
rodea. Al corazón se le educa con las emociones. El corazón funciona como un
órgano autónomo, que, independientemente de la voluntad del individuo, de su
comprensión de las cosas que le ocurren, genera una serie de sentimientos de
acuerdo a sus propios mecanismos de funcionamiento. Al corazón no se le puede
pedir que razone, de la misma manera como no se le puede pedir que sienta al
cerebro. Al corazón se le educa no con conceptos sino con emociones; un corazón
que ha crecido en medio de los suaves efluvios del amor, aprenderá a emanar
estas mismas emociones sin medida y sin descanso, pero un corazón forjado en la
fría indiferencia no podrá hablar el lenguaje del cariño y de las caricias.
El corazón es como una
delicada flor que cuando siente el invierno cierra sus pétalos y se refugia en
lo más interno de su ser, pero cuando siente los tibios rayos solares
encarnados en las suaves caricias del amor, abre su corola y deja escapar el
perfume de los amores más sublimes que el ser humano puede emanar; y cada
corazón tiene una historia diferente, cada corazón ha sido forjado bajo
diferentes condiciones de vida, cada corazón, podríamos decir, es como una flor
con diferente color y perfume. Decíamos en la sesión anterior que los
pensamientos de los seres humanos colorean la percepción que tienen de todo lo
que les rodea, déjenme agregar, que el corazón es uno de los órganos que más
influye en el coloramiento de las percepciones externas.
Uno de los fundamentos de la
familia; es entender que la madre tiene, como una de sus obligaciones
principales, proveer al niño de ese lenguaje del amor a través de sus cuidados
y sus caricias, mientras que el padre tiene la función primordial de formar la
parte intelectual del niño; no quiero decir que sus obligaciones se limiten
exclusivamente a estos aspectos, pero desde un punto de vista psicológico
espiritual, cada uno de ellos está mejor capacitado para esas funciones, así el
niño, en su proceso formativo, recibe un desarrollo equilibrado tanto en sus
aspectos emotivos como intelectuales.
A medida que crecemos, la
percepción del mundo empieza a ser cada vez más particular, más propia de
nosotros, va siendo coloreada con nuestro propio aroma, con nuestra propia
personalidad, y así, la felicidad se va escribiendo, tanto si es limitada como
si es abundante, en nuestras vidas. La misma tarde puede ser hermosa para un
corazón alegre y abierto, o puede ser deprimente y triste para un corazón
carente de esa libertad. ¿Qué determina que una persona lo vea de una manera o
de otra?, ¿qué es lo que lo condiciona? su pasado, su experiencia, su manera
particular de ver al mundo.
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