CLAVES DE MENSAJES

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sábado, 14 de enero de 2017

KWAN YIN: LA CONEXIÓN CON EL YO SUPERIOR




KWAN YIN: LA CONEXIÓN CON EL YO SUPERIOR

AUTOR: Susannah


El Yo Superior es el aspecto de tu espíritu consciente individual.  Lo que llamas Yo Superior es la parte de ti que vive en la quinta dimensión y todavía mantiene forma humana aunque no sea ya física. 


Estar conectado con tu Yo Superior es una forma de conexión con Dios, así como la liberación de energías densas. Atraer la conciencia de tu Yo Superior en lugar de abandonar el cuerpo físico para acceder a esta conciencia es una  forma conectar el yo humano a tu divinidad.


A medida que te acerques a la iluminación y la ascensión, los aspectos iniciales de tu Yo Superior con los que te conectes serán asimilados en tu cuerpo hasta que moren allí en un estado de fusión permanente.  Finalmente, experimentarás tu Yo Superior como una bola de luz, una estrella, una espiral de luz u otra forma esencial que ya no tendrá apariencia humana. Ello indicará que estás alcanzando zonas dimensionales superiores de ti mismo. Primero, establecerás contacto con la parte de tu Yo Superior cuya vibración y dimensión están más cerca de tu cuerpo.


En las ilustraciones 14a y 14b de las páginas siguientes, verás al Yo Superior uniéndose a ti al conectar las palmas de sus manos con las tuyas. Luego se conectan los chakras al conectarse la parte anterior del cuerpo de tu Yo Superior con la parte posterior del tuyo. En el primer estadio, mientras las palmas de las manos se tocan, se establece un flujo de energía desde el Yo Superior hacia tu cuerpo.



FIGURA 14a:


Las manos del Yo Superior y del yo humano establecen contacto con el propósito de intercambiar energía.

FIGURA 14b:


  
El Yo Superior se coloca detrás del yo humano te manda cordones de luz desde cada uno de sus chakras a la parte posterior de los chakras del cuerpo humano.


El Yo Superior, se colocará detrás de ti. La razón es que la parte subconsciente de los chakras está situada en la espalda, detrás de la parte consciente de los chakras, que están delante. Por ejemplo, por delante el chakra del corazón está situado en el centro del pecho, y por detrás entre los omoplatos en el área de la cuarta a la séptima vértebra toráxica.

Cuando tu Yo Superior conecte con los siete chakras, sentirás un chorro de energía desde atrás y la forma de tu Yo Superior, fusionándose plenamente con el cuerpo físico. Una vez terminada la fusión, intercambiarás regalos con tu Yo Superior. A continuación tendrás que dar a tu Yo Superior algo que te pida.  Tómate un tiempo para sentir el regalo energéticamente. Si no estás seguro del sentido y objetivo del regalo, pregunta. Después colocarás ese regalo dentro de tu aura o de tu cuerpo, donde creas que es su sitio. Siempre estará ahí, creando un lazo o unión entre los dos.

Ésta es la meditación para encontrarte y fusionarte con tu Yo Superior:


1.      Cierra los ojos y conéctate a la tierra.


2.      Retrae el aura o extiéndela hasta los 60 a 90 centímetros alrededor del cuerpo en todas las direcciones. Comprueba las rosas y los colores de los límites, realizando los cambios precisos.


3.      Pide a tu Yo Superior que venga, se coloque delante de ti y te ayude a ver o sentir su forma humana.


4.      Cuando el Yo Superior se encuentre delante de ti, extiende las manos con las palmas hacia fuera e invita a tu Yo Superior a conectar contigo palma con palma.


5.      Permite que la energía de las manos del Yo Superior entre en tu cuerpo por los brazos y las manos y llene el corazón. Luego déjala inundar el corazón y llenarte también el cuerpo. Esto tarda de dos a tres minutos.


6.      Cuando sientas la energía correr a través de ti, pregunta al Yo Superior si responde a algún nombre. Mantente a la escucha de la manera más relajada posible. Si después de un minuto no te da un nombre, ve al paso siguiente.


7.      Corta la conexión de manos y pide a tu Yo Superior que se coloque detrás para enlazar los chakras.


8.      Inspira a través del chakra de la coronilla y pide a tu Yo Superior un cordón de luz desde su coronilla hasta la tuya. Cuando sientas la conexión, sigue adelante.


9.      Inspira a través del centro de la parte posterior de la cabeza y pide a tu Yo Superior un cordón de luz desde su tercer ojo o sexto chakra hasta la parte posterior de tu tercer ojo. Cuando sientas la conexión, continúa con el siguiente paso.


10.  Inspira a través de la parte posterior del cuello y pide a tu Yo Superior que te envíe un cordón de luz desde su chakra de la garganta hasta la parte posterior de dicho chakra. Cuando sientas la conexión, continúa.


11.  Inspira a través de la parte posterior de tu chakra del corazón entre los omoplatos y pide a tu Yo Superior que mande un cordón de luz desde su chakra del corazón o cuarto chakra hasta la parte posterior de tu chakra del corazón. Cuando sientas la conexión, continúa.


12.  Inspira a través de la zona de las costillas directamente opuesta al plexo solar y pide al Yo Superior que mande un cordón de luz desde la parte frontal de su plexo solar, o tercer chakra, hasta la parte posterior de tu plexo solar. Cuando sientas la conexión, continúa.


13.  Inspira a través del sacro y pide al Yo Superior que te mande un cordón de luz desde su chakra sacro o segundo chakra hasta la parte posterior de tu chakra sacro. Cuando se produzca la conexión, continúa.


14.  Inspira a través de la rabadilla y pide a tu Yo Superior que envíe un cordón de luz desde su chakra de la raíz o primer chakra hasta tu chakra de la raíz. Ahora siente el suave chorro u ola de energía moviéndose por tu cuerpo desde detrás hacia delante. Es tu Yo Superior fusionándose plenamente con tu cuerpo. Quizá te sientas más abierto, ligero, pacífico, alegre, lleno de amor o simplemente con una sensación general de bienestar. Relájate en este espacio el tiempo que desees, antes de avanzar al siguiente paso. Si hay alguna parte del cuerpo en la que parezca no darse la fusión, respira en esa área y relájala hasta que sientas el cambio de energía que se produce cuando el Yo Superior es capaz de fusionarse contigo en ese punto.


15.  Pregunta a tu Yo Superior qué regalo le gustaría recibir de ti. Luego, dáselo. Si deseas una explicación sobre la trascendencia del regalo, pídesela ahora.


16.  A continuación extiende las manos delante de ti y recibe un regalo de tu Yo Superior. Sostén el regalo, sintiendo la energía y míralo. Si quieres preguntar a tu Yo Superior qué significa el regalo, hazlo.


17.  Cuando estés preparado, coloca el regalo en tu cuerpo o tu aura, donde creas que sea su sitio.


18.  Pregunta al Yo Superior si tiene algo que comunicarte en este momento. Permanece relajado y receptivo, siente la conexión mientras esperas la respuesta. Puede que recibas un mensaje o tal vez no.


19.  Cuando sientas que ha terminado di a tu Yo Superior que deseas estar permanentemente unido a él. Pídele que te ayude de alguna manera en la consecución de este objetivo. Dile que volverás a conectar pronto con él y pídele que se mantenga unido a ti cuanto sea posible, incluso cuando no estés meditando.


20.  Sé consciente del aire de la habitación que entra y sale por los orificios nasales. Luego hazte poco a poco consciente de tu entorno físico y abre despacio los ojos. Durante algunos momentos siente la conexión energética con tu Yo Superior con los ojos abiertos antes de volver a tu actividad diaria. Fíjate en lo centrado y sereno que estás. Mantente presente en tu actividad al pasar de un momento a otro para ayudarte a mantener la conexión.

Alineamiento del Eje Divino con tu Yo Superior

La zona tubular de cinco a seis centímetros, se extiende desde el extremo superior del aura cruzando a través de la corona, descendiendo y rodeando la columna, bajando entre las piernas al extremo inferior del aura. Este «tubo de luz» es el eje divino. También continúa por encima del aura a través del centro de todos los aspectos de tu Yo Superior de la quinta a la novena dimensiones.


Es lo que te une con todos los aspectos que contiene tu holograma personal. A través de este enlace pasa la luz de dimensiones superiores que desciende por el «tubo de luz» de tu cuerpo y aura y es la clave para atraer la conciencia superior al cuerpo de forma permanente.


Cuando el alineamiento del Eje Divino se combina con la apertura y el despejamiento del Ka divino y además vives en integridad espiritual, estarás preparado para que tu Yo Crístico descienda paso a paso hacia tu forma física – preparándose para su ascensión en el momento debido.


15. Alineamiento con el Eje Divino, por medio del tubo de luz y el cordón plateado del Yo Superior y las dimensiones superiores entrando en el aura y cuerpo humanos.


Las líneas continuas sobre la zona superior de la cabeza humana representan el cordón plateado. El tubo de luz está representado por el tubo estrecho que parte desde la porción del aura bajo el cuerpo, lo atraviesa, surge de la parte superior del aura, atraviesa el Yo Superior y asciende por las dimensiones superiores.


Una vez hayas alcanzado la conexión con el Yo Superior, y las energías fluyan a lo largo del tubo de luz, podrás relajarte y entrar en un estado de meditación más pasivo y receptivo.

Antes de abrir el tubo de luz es importante la conexión con el «cordón plateado» del Yo Superior y su posterior activación, como se muestra en la ilustración 15. El cordón plateado tiene un diámetro de quince a veinte centímetros y dibuja un círculo por encima de la cabeza en la zona del nacimiento del pelo, sobre la frente. Cuando anclas allí el cordón plateado, se cierra el primer paso del Alineamiento del Eje Divino.


Esto se logra simplemente invocando a tu Yo Superior, pidiendo que su cordón plateado se te una a la parte superior de la cabeza a la vez que te comprometes a ser uno con tu divinidad. Levanta físicamente los brazos por encima de la cabeza hasta donde alcancen con naturalidad, y con las manos abiertas siente el cordón plateado que tu Yo Superior te coloca en el aura.


Entonces sujetarás el cordón plateado con las manos y ayudarás a tu Yo Superior a bajarlo despacio hacia la parte superior de la cabeza hasta que lo sientas sólidamente anclado y permanezca allí cuando retires las manos. Después de esto abrirás el tubo de luz pidiendo a tu Yo Superior que lo llene con tu propia luz y amor divinos. Inspira a través de la coronilla y espira en sentido descendente por la espina dorsal hasta que salga por entre las piernas para ayudar al Yo Superior a despejar y llenar el tubo de luz.




A continuación sigue la meditación para lograr el Alineamiento del Eje Divino.


1.      Siéntate manteniendo la columna lo más recta posible y sin cruzar los brazos, con el cuerpo en posición cómoda. No importa que cruces las piernas si te es más cómodo. Si no, siéntate en una silla donde puedas apoyar la espalda.


2.      Conéctate a la tierra.


3.      Retrae el aura o extiéndela hasta unos sesenta a noventa centímetros en todas direcciones, incluso bajo los pies. Ajusta como quieras los colores de los límites y las rosas.


4.      Llama a los Emisarios Pleyadianos de Luz y al Maestro Ascendido Jesucristo.


5.      Pide a los pleyadianos y al Cristo que te rodeen el extremo superior del aura con el Cono de Luz Inter-dimensional para despejar y conseguir el alineamiento divino.


6.      Di a los pleyadianos y al Cristo, que vas a traer el cordón plateado y a activar el tubo de luz con tu Yo Superior. Pídeles ayuda por si necesitas despejar el camino.


7.      Eleva los brazos sobre la cabeza e invoca a tu Yo Superior mientras declaras: «Pido a mi amado Yo Superior que coloque el cordón plateado de luz en mi aura. Estoy dispuesto a atraer plenamente mi divinidad hacia este cuerpo, cultivar la relación entre el cuerpo y el espíritu, a recibir iluminación y a prepararme ahora para la ascensión. Deseo trabajar contigo, amado Yo Superior, para que la unión del cordón plateado con mi cuerpo sea permanente». Por supuesto, puedes usar tus propias palabras; utiliza esta declaración ya preparada como guía o invocación, según lo prefieras.


8.      Cuando sientas que la energía del cordón plateado te toca las manos que mantienes por encima de la cabeza, rodea con ellas el cordón de luz y suavemente tira de él llevándolo hacia la cabeza. Mantenlo allí hasta que lo sientas firmemente anclado y no se mueva cuando retires las manos. Respira profundamente para facilitar el proceso.


9.      Una vez conectado el cordón de plata, pide a tu Yo Superior que llene el tubo de luz con tu propia luz y amor divinos desde el extremo superior del aura, atravesando el cuerpo y saliendo por el extremo inferior del aura. Inspira por la coronilla para absorber la luz y el amor de tu Yo Superior a través del tubo. Cuando espires empuja el aliento suavemente para que descienda por la columna y salga por entre las piernas hasta el extremo del tubo de luz. Continúa con esta pauta respiratoria, visualización e intención hasta que sientas, veas o percibas que el tubo de luz se llena de luz completamente hasta el extremo inferior del aura. Probablemente tardarás unos minutos. Junta las yemas de los dedos pulgar y corazón, con las palmas hacia arriba y las manos sobre el regazo para que se puedan anclar las energías en el interior del tubo de luz. Esta posición de manos es un mudra.


10.  Di a tu Yo Superior que continúe llenando el tubo de luz y te ayude a mantener el alineamiento del eje divino en todo momento y sobre todo a mantener la energía fluyendo el tiempo que dure la meditación.


11.  Quédate meditando el tiempo que desees pero, si es la primera vez que realizas esta meditación, que sea por lo menos diez minutos.


12.  Di a tu Yo Superior cuándo piensas repetir la meditación y pídele que mantenga al máximo la conexión hasta entonces.


13.  Abre los ojos despacio, manteniendo la conexión con el Yo Superior a medida que recuperas la conciencia normal de vigilia.


Después puedes pedir a tu Yo Superior que haga fluir su energía y su luz por el exterior del tubo hacia uno o todos los chakras. Esto no sustituye al flujo de energía cósmica dorada a través de los canales y chakras del cuerpo.


Este proceso sana y despeja más profundamente que la meditación con el Yo Superior. Cuando la energía del Yo Superior fluye a través del cuerpo y de los chakras, activa cierto despejamiento, pero su función primordial es la de traer el Yo Superior a tu cuerpo y ayudarte gradualmente a llegar a un estado de identificación con tu propia divinidad, en lugar de con la personalidad basada en el ego.


El flujo de la energía de tu Yo Superior dentro y a través de los chakras acelera este proceso alineando y generando afinidad entre los chakras y tu objetivo superior, así como elevando la frecuencia vibratoria. Esta meditación tampoco pretende reemplazar la primera meditación en la que tú y tu Yo Superior unís los chakras y os fusionáis el uno en el otro. Esa primera meditación genera una mayor intimidad y unión con tu Yo Superior, mientras que la segunda meditación sirve específicamente para ponerte en alineamiento con el eje divino dentro de tu holograma. Tú debes decidir qué meditación necesitas en cada momento aunque, como ya he mencionado, se recomienda que realices diariamente el Alineamiento del Eje Divino siempre que te sea posible. Esto acelera el proceso de alineamiento vertical de tu eje divino en todo momento. Cuando llegue el instante en que el cordón de plata esté ya colocado al empezar la meditación, ve directamente a la parte relacionada con el tubo de luz. Al final, el cordón de plata y el tubo de luz estarán permanentemente activados, fluyendo en tu cuerpo y aura.  Llegará el momento en que tus distintas conciencias se fusionen y sean una de nuevo.

La energía y la percepción

Cuando centremos nuestra atención en el cerebro humano, observaremos que sus pensamientos son drásticamente coloreados por las emociones generadas en el área del corazón; esta área se encuentra a su vez dominada por el chakra cardíaco quien continuamente la está bombardeando de energía propia de su manifestación; es preciso entonces trabajar con esa energía que el chakra cardíaco envía continuamente hacia el corazón, esa energía es proveniente del cuerpo astral y es ahí en donde se van acumulando todas las experiencias que a lo largo de la vida una persona va pasando. Ahora bien, a su vez, la experiencia acumulada filtra la percepción que las personas tienen de las cosas por las que están pasando, y la filtra de tal forma, que el individuo observa únicamente cosas positivas o únicamente cosas negativas, el ser humano pierde la capacidad de discernimiento y la capacidad para ver las cosas imparcialmente tal como son; el ser humano las colorea, y en esa filtración, los hechos son percibidos como una confirmación de lo que sus creencias lo están obligando a ver. Podríamos decir entonces, que los mismos defectos del hombre se retroalimentan a sí mismos, gracias al papel que juegan dentro de la mente humana.

Para encontrar una respuesta inmediata a la pregunta de cómo es posible aplicar esto a las terapias, diremos que el ser humano debe desarrollar una nueva percepción de la vida y ésta únicamente será posible a través del trabajo continuo y consciente de la persona; la auto-observación y el auto-control mental y conductual, son piezas claves dentro de toda terapia.

Sumergirse en el mundo del corazón es como penetrar en un intrincado laberinto de complejas sensaciones que tergiversan tanto lo que el hombre siente en realidad en su yo más interior, como las emociones que está percibiendo provenientes del mundo que le rodea. Al corazón se le educa con las emociones. El corazón funciona como un órgano autónomo, que, independientemente de la voluntad del individuo, de su comprensión de las cosas que le ocurren, genera una serie de sentimientos de acuerdo a sus propios mecanismos de funcionamiento. Al corazón no se le puede pedir que razone, de la misma manera como no se le puede pedir que sienta al cerebro. Al corazón se le educa no con conceptos sino con emociones; un corazón que ha crecido en medio de los suaves efluvios del amor, aprenderá a emanar estas mismas emociones sin medida y sin descanso, pero un corazón forjado en la fría indiferencia no podrá hablar el lenguaje del cariño y de las caricias.

El corazón es como una delicada flor que cuando siente el invierno cierra sus pétalos y se refugia en lo más interno de su ser, pero cuando siente los tibios rayos solares encarnados en las suaves caricias del amor, abre su corola y deja escapar el perfume de los amores más sublimes que el ser humano puede emanar; y cada corazón tiene una historia diferente, cada corazón ha sido forjado bajo diferentes condiciones de vida, cada corazón, podríamos decir, es como una flor con diferente color y perfume. Decíamos en la sesión anterior que los pensamientos de los seres humanos colorean la percepción que tienen de todo lo que les rodea, déjenme agregar, que el corazón es uno de los órganos que más influye en el coloramiento de las percepciones externas.

Uno de los fundamentos de la familia; es entender que la madre tiene, como una de sus obligaciones principales, proveer al niño de ese lenguaje del amor a través de sus cuidados y sus caricias, mientras que el padre tiene la función primordial de formar la parte intelectual del niño; no quiero decir que sus obligaciones se limiten exclusivamente a estos aspectos, pero desde un punto de vista psicológico espiritual, cada uno de ellos está mejor capacitado para esas funciones, así el niño, en su proceso formativo, recibe un desarrollo equilibrado tanto en sus aspectos emotivos como intelectuales.

A medida que crecemos, la percepción del mundo empieza a ser cada vez más particular, más propia de nosotros, va siendo coloreada con nuestro propio aroma, con nuestra propia personalidad, y así, la felicidad se va escribiendo, tanto si es limitada como si es abundante, en nuestras vidas. La misma tarde puede ser hermosa para un corazón alegre y abierto, o puede ser deprimente y triste para un corazón carente de esa libertad. ¿Qué determina que una persona lo vea de una manera o de otra?, ¿qué es lo que lo condiciona? su pasado, su experiencia, su manera particular de ver al mundo.


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