YESHUA
- IMÁGENES DE NO SER DIGNOS
Canalizado
por Pamela Kribbe
Queridos amigos:
Soy Yeshua y vengo a
recordarles quiénes son ustedes para que no olviden su fortaleza y su grandeza.
Ustedes son una fuente
inextinguible de Luz que refresca continuamente, que crece y se expande; un
flujo exuberante de energía divina.
Deseo infundirlos de esta
energía y pedirles que le permitam fluir plenamente por su mente, su cuerpo, y
toda su vida a fin de que la energía de su ser pueda expresarse aquí en la
Tierra.
Por favor dejen ir las
imágenes viejas y falsas de no ser dignos y potencien el fuego que ustedes
portan en su interior.
Ese fuego es su Luz; quiere
brillar esplendorosamente aquí y ahora.
Pero cada uno de ustedes ha
absorbido tanta información falsa acerca de quiénes son ustedes y qué deben
ser, que se ha producido un debilitamiento de su poder espiritual y su
originalidad, su naturaleza única.
A este punto de la evolución
de la humanidad se están liberando nuevas fuerzas espirituales, lo cual
solamente puede suceder completa y verdaderamente a través de la gente que está
viviendo ahora en la Tierra.
Está naciendo un nuevo tiempo
y energía a través de ustedes, y eso sólo puede surgir de una manera
profundamente enraizada si ustedes abrazan completamente su propia valía.
Tanto los hombres como las
mujeres han sido falsamente guiados por la sociedad mediante sus tradiciones y
procesos educativos, por lo que las imágenes del pecado, el remordimiento y la
culpa continúan aferrándose a todos ustedes y viviendo dentro de sí.
La vida es presentada como si
fuera una lucha para probarse a sí mismos, y como una batalla para sobrevivir.
En esta tradición se plantea
una forma muy limitada de energía masculina como siendo la necesaria en la
vida, y esa posición yace esencialmente en una base inestable de temor y de una
necesidad de controlar.
Esta forma de energía
masculina ha dominado también espiritualmente.
La espiritualidad cristiana se
ha vuelto el masculino dominante a través de la iglesia y ha perdido contacto
con su origen.
Ustedes están aquí para
restaurar la energía Crística con su origen; para restaurar el corazón viviente
de Ella dentro de ustedes; y para manifestarla y pasarla a otros.
Yo los reconozco como mis
hermanos y hermanas.
Ustedes son muy queridos para
mí y lo que me entristece sobre todo es ver cómo se menosprecian y denigran a
sí mismos; cuán alicaídos se sienten acerca de quiénes son ustedes.
Las imágenes del pecado, de la
culpabilidad y del remordimiento los están engañando.
Echemos un vistazo a cómo esas
imágenes juegan un rol en la vida tanto de los hombres como de las mujeres.
Estas imágenes se impresionan
en los hombres durante su niñez por medio del énfasis puesto en su desempeño y
competición, y en el sobresalir sobre otros; en ser capaces de defender su
posición y de ser fuertes mostrando su masculinidad.
La sensitividad y las
cualidades femeninas tales como las de ser capaces de conectarse y sentir
empatía por otros son rechazadas por no ser masculinas, como características
que no le pertenecen a un hombre.
En las mujeres el énfasis es
puesto en el no distinguirse a sí mismas, sino más bien en el sentir empatía
por otros y estar preparadas para servir a otros; se enfatiza el cuidado, el
dar cualitativamente.
Estos dos roles modelo siguen
afectando el psiquis masculino y femenino y presentan imágenes falsas.
Se supone que una mujer debe
encontrar su verdadera valía dando de sí misma, mostrando empatía por otros y
cuidando a otros.
Por consiguiente, ella pierde
su propia fuerza y su habilidad para erguirse en alto y tomar una posición
posicionándose claramente en el mundo.
Pero es sólo cuando una mujer
reclama su autonomía, su libertad y su independencia en el mundo cuando esa
energía femenina puede fluir con su verdadero poder.
Si no hay ese fundamento de
autonomía, la mujer se ve debilitada y no asume esa posición y el poder en el
mundo que debería pertenecerle.
El rol modelo tradicional para
la mujer nubla su aguda mente y su intrepidez y sentido de aventura.
En los hombres esto es en
cierto sentido lo opuesto; en el curso de su crianza son escudados de su
corazón, de su sensitividad y de su necesidad de ser cariñosos, de amar y de
proteger.
Deben distinguirse entre sí y
son forzados a una soledad inevitable, un aislamiento, y al sentimiento de
estar perdidos, lo cual los separa del todo.
A veces ellos pierden de
verdad su sensitividad y no osan entregarse a sí mismos al flujo de las
emociones, de los sentimientos, y al amor que también está presente ciertamente
en sus corazones.
Hay un deseo en el ser
masculino de encarnar también la naturaleza femenina, la cual ya es una parte
intrínsica de su ser, pero los hombres tienden a proyectar este deseo fuera de
sí mismos hacia las mujeres.
Las mujeres tienden a
proyectar también su deseo de poder y discernimiento en los hombres.
Pero si ambos sexos no pueden
encontrar estas cualidades dentro de sí mismos emerge entonces una dolorosa
relación entre los hombres y las mujeres.
Ellos sienten una necesidad de
tenerse el uno al otro, pero al mismo tiempo hay conflictos porque la
dependencia nunca es la base para una relación verdaderamente amorosa.
Ambos sexos necesitan hacer
una conexión interna con sus propios poderes masculino y femenino.
Estas energías pertenecen una
con la otra, juntas: son como una hélix que está entrelazada alrededor de sí
misma. Sólo juntos pueden crecer/madurar y florecer.
¿Qué sucede con la autoestima
de los hombres y las mujeres cuando tienen que vivir según dichos estereotipos
unidimensionales de la masculinidad y la femeninidad?
El hombre desarrolla a menudo
un ego falso o imagen pública que él debe presentar al mundo porque siente que
se tiene que probar a sí mismo; debe rendir o desempeñarse y ser un hombre de
acción.
La mujer debe desarrollar
también una imagen pública porque ella debe ser encantadora, buena, servicial,
y caritativa.
Cuando ambos sexos tratan de
mostrar el otro lado de sí mismos surgen por lo usual sentimientos de
culpabilidad, de vergúenza, de no ser lo suficientemente buenos, o su opuesto:
de ser vanidosos o arrogantes.
Miren, por ejemplo, el odio en
su historia como una reacción a la homosexualidad.
Los hombres que mostraban
explícitamente su lado femenino y disfrutaban haciéndolo eran considerados el
epítoma de la depravidad.
Los límites habían sido
excedidos, que se suponía debían haber permanecido intactos.
¿Y por qué era esto así?
Aparentemente era necesario encajonar a los hombres y a las mujeres dentro de
confines estrechos a fin de suprimir su verdadero poder espiritual y fortaleza
única, porque todos estos estereotipos han sido actuados ante una energía de la
dominancia y el poder.
Todos ustedes han tenido que
lidiar con esta energía supresora, a veces como víctimas y a veces como
perpetradores, así que tal vez se pregunten por qué se ha desarrollado esta
actitud.
Se puede ver la situación de
esta manera: como una aventura creativa en la Tierra, un ciclo entero de vidas
y siempre más vidas que es un enorme proceso de crecimiento.
Es una larga trayectoria en la
que han experimentado los extremos de lo que ustedes podrían denominar la
“dualidad” en el mundo de la forma: luz y oscuridad, conexión y separación,
hombre y mujer.
Ustedes han viajado muy lejos
de Casa, pero esto no es sin algún significado.
Esta experiencia vale mucho, y
trae una profunda riqueza a cada ser que participa.
Pero ello significa también
que han descendido a los reinos del temor, la desolación, y el olvido de su Yo
verdadero.
Yo estoy aquí para recordarles
quién son ustedes en este descenso a la oscuridad y de su experiencia en ambos
lados de las energías del poder y la dominancia: la de la víctima y la del
perpetrador.
Ahora es el momento en el
ciclo de la vida en la Tierra en el que es hora de regresar a un mayor
equilibrio, a un mayor balance, por lo que les pido que recuerden quién son
ustedes.
Ustedes vinieron de una Fuente
de Luz inextinguible; una Luz que es pacífica, y que sin embargo fluye
dinámicamente, experimentando y explorando.
No había Dios omnisciente, ni
gobernante dominante que determinara su vida, sino un flujo totalmente libre de
la Luz revelándose a sí misma tanto en las energías masculinas como las
femeninas, y de diferentes formas que encajan todas juntas tan hermosamente.
Sientan nuevamente el lazo
original entre las energías, la danza del femenino y el masculino.
El poder femenino es acerca de
la conexión y la unificación; une las energías.
La energía femenina se abre al
exterior a partir del corazón, y recibe con amor y tierna gentileza.
De cierto modo, la energía
femenina porta al Universo. Es la fuente de la conexión, la Unidad.
Sientan el poder de esta
energía.
Ella está presente en toda la
diversidad que ven a su alrededor: la gente, los animales, las plantas.
El UNO fluye a través de todo:
la madre, la diosa, la energía unificadora y la de conexión.
El poder masculino es acerca
de la distinción y es creativo de manera diferente; crea individuos.
En su ser ustedes están
conectados unos con los otros, y sin embargo, como seres individuales, también
son distintos, diferentes, únicos – singulares.
Por todo el grandioso universo
no hay nada ni nadie que sea exactamente como ustedes.
¡Qué milagro! Además de
experimentarse a sí mismos dentro del Uno, la Fuente de donde provienen,
¿pueden permitirse también ser “singulares,” la magia totalmente única del ser
ustedes mismos?
Siéntanlo, aunque no lo puedan
expresar en palabras – es el “ustedes” en su interior.
Ėste es el poder creativo de
la energía masculina.
El gozo más grande en la
creación es cuando el Uno se encuentra a sí mismo a través del Otro.
Si ustedes están viviendo en
un cuerpo masculino pueden maravillarse de una mujer, de su apariencia, su
belleza, el acceso que ella tiene a ciertas energías, las fuerzas unificadoras
en ella.
Como mujer, ustedes se pueden
maravillar y disfrutar de un hombre; de su cuerpo, su fuerza, la actitud
protectora que puede emanar de él.
El juego entre el hombre y la
mujer se vuelve un gozo y una fuente de creatividad cuando ambos sexos abrazan
de manera natural su propia fuerza y valía.
Ambos son parte de la única
Luz, eternamente conectados uno con otro. Y no obstante, al mismo tiempo, hay
una diferencia que es lo que hace que todo sea excitante y aventurero; un viaje
de descubrimiento lleno de potencial que los profundiza y enriquece.
Ėsa es la promesa del juego
entre el hombre y la mujer.
Hoy estamos hablando en
particular de la energía masculina, y quiero decir a veces más que eso.
En la forma espiritual
tradicional de pensar, frecuentemente es el caso que el ego es presentado como
algo que es malo y necesita ser trascendido.
Ciertamente en el pasado la
ascensión ascendente a lo celestial era visto como el ideal de la verdadera
espiritualidad.
Pero, ¿qué es la
espiritualidad? No es solamente la conexión, la comunión, la unidad, que son
centrales a la espiritualidad, sino también la habilidad para distinguir sus
poderes únicos de ser un “Yo.”
El permitir que sus poderes
únicos fluyan y prosperen es tan importante como conectar, y esto le da una
forma terrenal manifestada a la Luz de su ser.
Específicamente, para esta
fuerza distintiva ustedes necesitan al ego.
Pero con esto no quiero decir
el ego como ha sido representado en la tradición masculina.
No el ego duro y empedernido
que quiere distinguirse a sí mismo a costa de todos y de todo, un ego que
quiere amasar el poder; que quiere gobernar sobre otros, o sobre la vida.
Esta perspectiva, en sí misma,
es una imagen falsa de lo que es el ego.
En su forma verdadera el ego
es un punto focal, un prisma para su yo esencial, su poder único.
Necesita estar allí y es una
parte muy especial e irreemplazable de la creación, al igual que una pieza del
rompecabeza que los hace una parte del todo más grande.
¡Abracen ese poder! Díganle:
“sí.” Respondan con gozo a quien ustedes son; ustedes son irreemplazables.
Y cuando se yerguen en su
propia fuerza no necesitan trascender su ego, su personalidad, y dejarla atrás;
no necesitan negar nada de sí mismos.
Al contrario, ustedes se
vuelven quienes son de verdad.
La Luz de su ser desciende
plenamente a todas sus células, a su cuerpo, a toda su humanidad.
Todo lo que les pertenece es
iluminado por esa Luz.
Entonces se dicen: “sí” a sí
mismos — permiten a todo lo que es su humanidad ser — y su yo único fluye a
todo lo que ustedes son y hacen.
No necesitan esconder su
humanidad; no necesitan estar avergonzados de Ella.
Imaginen cómo brilla la Luz
desde la Fuente a través de ustedes.
Permitan que la Luz fluya
hacia abajo, a través de su chakra de la coronilla, y luego por todo su ser.
Es una Luz blanca y universal,
amorosa y gentil.
Fluye a través de toda vida y
también a través de ustedes.
Por medio de ustedes la Luz
adquiere una radiantez única, un tono especial, un sonido diferente.
Vean en su interior por un
momento, tal vez puedan ver ciertos colores, oír ciertos tonos, o simplemente
obtengan un sentimiento en particular; sientan luego profundo en su interior:
“éste soy yo”; éste es mi misterio.”
Ustedes están aquí para
recibir este misterio y nadie más puede hacerlo, solamente ustedes.
Permítanle fluir por todo su
cuerpo, a través de su abdomen, sus piernas y pies.
Ėsta es la integración, la
fusión del masculino y femenino dentro de ustedes.
Siéntanse bienvenidos en la
Tierra y disfruten de quiénes son ustedes. No se avergüencen y no se sientan
culpables.
Desháganse de las viejas
imágenes de la pecaminosidad que no les sirven ni a ustedes ni a nadie en el
mundo.
¡Dejen que el Fuego arda y que
la Luz irradie!
Ėse es mi más profundo deseo;
y lo más profundo que deseo para ustedes es que se yergan en su propia fuerza,
en sus propios dos pies. Permitan que la semilla de la energía Crística
florezca dentro de sí y no dependan de nadie más.
Los saludo a todos, con
igualdad y con un profundo gozo.
Yeshua
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