YESHUA:
EL COMIENZO
Canalizado
por Toni Romero
Ven conmigo, ¿no me ves?, no
mires a tu alrededor, no te estás volviendo loco. Cierra los ojos, comienza a
respirar tranquilamente, confía en ti. No te asustes, cojo tu mano derecha, y
acaricio tu rostro.
Hijo mío, no temas, soy Jesús,
estoy a tu lado. ¿Cuántas veces he secado tus lágrimas sin tu saberlo? ¿Cuántas
veces te he hablado y no me has escuchado? ¿Cuántas veces has deseado la muerte
y yo lo he sufrido contigo? ¿Cuántas veces has escuchado mi voz a través de tu
corazón sin saber que era yo? Te pido perdón por hacerte creer que estás solo,
perdón por no saber hacerte ver la verdad de una forma más fácil. Perdón por
sentirte como un niño perdido entre la multitud sin saber dónde ir y que nadie
te guiara el camino de vuelta a casa.
Hijo, te ofrezco la eternidad, ha llegado el momento
de partir, ha llegado el momento de dejar el sufrimiento e incomprensión atrás.
Te ofrezco dormir en el regazo del Padre.
Ha llegado el momento de no
buscar sentido al juicio, al dolor, sufrimiento, deseo, y todo aquello que ha
empujado a dudar de mi existencia y por lo tanto de la tuya.
Madre me dijo un día: “Tus
hijos te quieren desde el fondo de su corazón, no lo dudes. Todos formamos
parte del Padre, todos sin saberlo queremos los abrazos de nuestro progenitor,
eso nunca se olvida, ese sentir la eternidad siempre nos lo recordará.”
Sus palabras y caricias me
enseñaron la gratitud de la vida, a no mirar atrás, a abrazar todo lo que
sucede en el ahora y a agradecer la existencia.
Madre me decía: ¿Jesús qué
haces? y yo respondía: “Madre intentando saber el porqué del comportamiento de
estos pajarillos, de aquellas personas y el porqué del movimiento de las
nubes”.
Madre me contestó: “Jesús,
todo lo que tengas que saber nunca lo sabrás desde el querer saber, lo sentirás
desde tu corazón, cómo todo se mueve al compás del amor y todo sucede para el
bien de todos. Nunca dudes del amor eterno y hacia donde nos quiere llevar el
Padre. Jesús, entra en el corazón de la vida y te llevará al conocimiento del
ser.”
Hijo, con esto quiero decirte
que nunca has estado solo, desde el amor te he estado observando, aceptando y
respetando todo aquello que hacías o decías. ¿Quién soy yo para sacarte de tu
aprendizaje? ¿Quién soy yo para intervenir en el proceso de evolución que tú
has escogido?
Te miro a los ojos y veo la
pureza de un niño, la alegría y paz. No te preocupes si no entiendes qué está
pasando, el porqué de todo esto. Entrelaza tu mano con la mía y deja que te
lleve al amanecer del amor, del despertar. Allí nos espera la verdad, el amor y
el ser.
Hijos os llamo a todos,
realizar estos pasos si lo sentís desde vuestro corazón: Cerrad los ojos,
respirad profundamente visualizando que la energía de la vida entra por todo
vuestro cuerpo físico a través de la respiración. Visualiza como todo vuestro
alrededor se pone de color blanco, cómo vuestras vestimentas también. Si lo
sentís decid:” ¡Jesús, quiero coger tu mano!”. Al instante me verás acercándome
a ti hasta llegar a tu lado. Vas a sentir emociones difíciles de explicar para
tu ego. Visualiza como te cojo la mano, nos miramos sonriendo y comenzamos a
caminar juntos hasta el nuevo amanecer.
Os quiero
Jesús.
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