YESHUA
~ SALUD Y ENFERMEDAD
Canalizado
por Pamela Kribbe
Traducción:
Sandra Gusella
Queridos amigos,
Les doy la bienvenida
afectuosamente y les envío todo mi amor. Yo los amo a todos ustedes tan
profundamente. Mi amor por ustedes no es del todo universal sino que también
tiene un toque personal, porque a muchos de ustedes yo los he conocido cuando
estuve aquí en la tierra entre ustedes.
Yo soy Jeshua. Yo he vivido en
la tierra como Jesús y he estado entre la gente para dar evidencia del Amor que
está disponible a todos ustedes, desde la Fuente que yace dentro de nosotros
mismos.
Ahora, ha llegado el tiempo de
que ustedes se hagan cargo de la antorcha. Ustedes son las semillas que
germinan hoy. Éste es el significado del renacimiento de Cristo. No soy yo
(aquel hombre que una vez vivió en la tierra) quien regresará, sino el poder
universal de la energía de Cristo que está ahora naciendo dentro de ustedes. Yo
estoy tan complacido de ayudarles en este proceso estando con ustedes de este
modo.
Al comienzo de esta estación,
Pamela y Gerrit me preguntaron qué tema me gustaría tratar y yo les dije: ‘eso
no tiene importancia, yo sólo quiero estar con ellos’.
Yo quiero tocarlos a ustedes
con mi energía y eso es suficiente para mí. Porque lo único que cuenta es que
ustedes sientan la llama de claridad dentro de ustedes mismos, la llama de la
verdad. Ésa es la esencia de la energía de Cristo.
Yo he sido un portador
prematuro de esta llama, pero es tiempo de que ustedes lleven adelante esta
antorcha. Es importante reconocer por dentro quiénes son ustedes. Ustedes
llevan consigo esta llama y ustedes deben comprender que ha llegado el tiempo
de mostrarla al mundo, porque el mundo la está esperando. Ésta es una época de
transformación, de grandes cambios, que muestra muchas faces, tanto luz como
oscuridad. El momento está listo para las personas que tienen un punto de vista
neutral, para aquellos que pueden observar las olas de violencia y destrucción
que pueden aparecer desde un estado de la mente calmo y pacífico, y para
quienes son capaces de estar presentes en amor, sin juzgar.
Hoy hablaré sobre salud y
enfermedad. Pero recuerden: lo que a mí básicamente me interesa es permitirles
a ustedes sentir que yo estoy aquí. Permitirles a ustedes sentir que ustedes
son iguales a mí y que yo soy igual a ustedes. Somos uno, somos portadores de
una energía de Luz particular y hemos estado trabajando por mucho tiempo,
durante muchas vidas, para arraigar esta energía y anclarla a la tierra. Éste
es su trabajo. Ésta es su misión.
Ha llegado el tiempo de que me
dejen de ver como a alguien a quien respetar. Yo soy un hermano y un amigo de
ustedes, no un maestro a quien deberían seguir. Yo quiero rodearlos con las
energías de amor y verdad. Esto es todo lo que yo puedo hacer. Ahora es su
turno de sostenerse ustedes mismos y de permitir que brille la Luz de sus
antorchas.
Salud y enfermedad….es un tema
que se presenta en las vidas de todas las personas tarde o temprano.
Primero quiero contarles algo
acerca del fenómeno enfermedad, acerca de lo que realmente significa.
Todas las enfermedades tienen un
origen espiritual.
Quisiera explicarles esto
haciendo una distinción entre los diferentes cuerpos que ustedes tienen. Además
del cuerpo físico, visible a todos ustedes, también poseen un cuerpo emocional,
un cuerpo mental y algo que ustedes pueden llamar un cuerpo espiritual.
La enfermedad comienza
principalmente en el cuerpo emocional. Es desde aquí que ciertos bloqueos se
establecen en el cuerpo físico, en el nivel material. Con frecuencia, las
convicciones del cuerpo mental también contribuyen al desarrollo de bloqueos
emocionales, y así a la generación de enfermedad. Estoy hablando de
convicciones profundamente arraigadas o hábitos de pensamiento. A menudo, éstas
son convicciones acerca de lo que está bien o mal con respecto a ustedes
mismos.
Las críticas pueden
literalmente crear un bloqueo en su sistema energético emocional. En esos
lugares donde surge el bloqueo, donde a la energía emocional no se le permite
fluir libremente, comienza a hacerse visible una energía oscura en el aura.
Esta energía puede echar raíces en el cuerpo. Esto no tiene que ser así
necesariamente, porque este proceso lleva mucho tiempo y hay suficientes
oportunidades de volver las cosas a un equilibrio emocional, antes de que se
despliegue la enfermedad (física).
Por lo tanto, no le teman a
los bloqueos emocionales. Hay tiempo suficiente para solucionar el estado
desequilibrado. Sin embargo, es posible que a un cierto punto ustedes no sean
capaces de manejar este bloqueo correctamente, o incluso sentirlo. Tal vez el
bloqueo pasa parcialmente desapercibido para ustedes y ustedes están muy
inconscientes de él. Si ésta es la situación, los síntomas físicos en realidad
les ayudan a entrar en contacto con el bloqueo.
De este modo, los síntomas
físicos o el dolor son el lenguaje del alma. El alma anhela una completa
comunicación entre todas sus partes. El alma se siente feliz cuando hay un
flujo libre de energía y una continua renovación de todos los aspectos de sí
misma. Los bloqueos impiden que la energía fluya libremente y eso deprime al
alma.
Así la enfermedad cumple la
función de un indicador: les muestra a ustedes dónde están necesitando
sanación. Aunque la enfermedad parece ser negativa, en el sentido de que
ustedes son perturbados por toda clase de síntomas y dolores, la clave es
interpretar a la enfermedad como un indicador o guía. Al hacer esto, se vuelve
fácil cooperar con la enfermedad en lugar de resistirse a ella.
Ya que frecuentemente la
enfermedad representa una emoción atascada la cual está (parcialmente) más allá
del alcance de su propio horizonte, no siempre es fácil comprender dónde están
representados la enfermedad o los síntomas. A veces parece muy difícil
descubrir lo que el alma trata de decirles a través de una enfermedad
específica. Entonces, ustedes necesitan ir adentro y examinarse minuciosamente,
en el sentido de volverse conscientes gradualmente de la clase de energía que
se manifiesta en la enfermedad, la señal que ustedes obtienen de la enfermedad
y qué es lo que trata de decirles.
Esta comprensión con frecuencia
es obstruida por el hecho de que ustedes están tan atemorizados de estar
enfermos. La primer reacción a la enfermedad a menudo es una de negación o de
resistencia. Ustedes más bien quisieran que la enfermedad desaparezca tan
pronto como sea posible, porque los atemoriza. A ustedes les asustan el
deterioro, la imperfección, el caerse a pedazos, y finalmente la muerte.
Esta reacción de pánico es
lamentable ya que los aparta a ustedes de una perspectiva más amplia en cuanto
a la enfermedad. Ustedes podrían considerar a la enfermedad bajo otra luz.
También podrían experimentarla como un mensajero de cambio, como un retorno a
algo precioso que ustedes han perdido.
Para comprender la ‘función de
indicador’ de la enfermedad, es muy importante decir ‘sí’ a los síntomas y
dolores que pueden desplegarse dentro de su cuerpo. Al decir ‘sí’, al aceptar
el estado de su cuerpo físico, ustedes realmente han resuelto la mitad del
problema. Aquí el problema no es la enfermedad misma, sino aquello que ésta
representa, el/los bloqueo(s) implícitos. Al volverse hacia la enfermedad y
decir ‘sí’ con su corazón y con su alma, ustedes ya habrán solucionado una
parte del bloqueo incluso sin saber precisamente qué es lo que la enfermedad
quiere decirles.
Sin embargo, este ‘decir sí’,
esta actitud básica de aceptación, no es fácil para ustedes. Ustedes pueden
encontrar resistencia (emocional o mental) que hace que se mantengan diciendo
‘no’ – a veces sutilmente y a veces obstinadamente – a lo que su cuerpo les
está indicando. Frecuentemente, el cuerpo da indicios específicos. Por ejemplo,
les hace sentir que ustedes deben hacer una pausa, abandonar ciertas tareas,
ser más amable con ustedes mismos, etcétera. Aunque ustedes aún no saben cómo
interpretar sus enfermedades desde un nivel espiritual, ustedes ya pueden ver
muchas de estas indicaciones particulares con bastante frecuencia.
Pero si ustedes ignoran este
lenguaje del cuerpo y se mantienen resistiéndose a la enfermedad, es muy
difícil llegar a la esencia espiritual y significado de la enfermedad. Hay
mucha ira y temor rodeándola. Ustedes sólo logran la verdadera libertad
interior enfrentándose cara a cara con su enfermedad, con su dolor y aflicción,
y también con sus sentimientos de temor y aversión. Abrácenlos y luego pregúntenles
calmadamente y neutralmente: ¿qué es lo que quieren decirme?
En su sociedad no está
manifestado el ser íntimo con su propio cuerpo. Hablarle a su cuerpo como a un
ser que merece amor y respeto no está considerado como algo natural. En su
sociedad se les dan muchas imágenes idealizadas acerca de cómo debería lucir su
cuerpo, de qué implica tener salud y buenas condiciones físicas, lo que se debe
y lo que no se debe beber y comer. En breve, hay toda clase de normas y
estándares en cuanto a cómo debería ser una vida larga y saludable.
Pero todas estas imágenes
idealizadas no tienen relación con el camino del alma. El camino del alma es
sumamente individual. Por lo tanto, se les pide que sintonicen con ustedes
mismos de manera sumamente individual para hallar la verdad en cuanto a la
enfermedad, síntomas o tensiones que ustedes llevan consigo. Se les pide que
renuncien a todas las ideas del mundo externo y que vayan en busca de su propia
verdad en lo profundo dentro de ustedes.
Este es un gran desafío para
ustedes, porque el temor y pánico que los apresa en caso de enfermedad, hacen
que se desvíen fácilmente hacia las autoridades fuera de ustedes. Comienzan a
ir en busca de autoridades externas que puedan aconsejarles y confortarles.
Estas podrían ser un médico o un experto en tratamientos alternativos; esto
básicamente no hace ninguna diferencia. La clave es que con el miedo ustedes en
ese momento resignan su propia responsabilidad y la ceden a algún otro.
Por supuesto, que no hay nada
malo en escuchar los consejos de un experto y muy a menudo esto es muy
sensible. Pero luego es importante llevar este conocimiento adentro y sopesarlo
con su propio corazón. Estimen el valor de este conocimiento. Sólo ustedes son
los jefes, los maestros de su propio cuerpo, de su propia vida. Sólo ustedes,
ustedes mismos, saben qué es lo mejor para su propio cuerpo. En el sentido más
profundo de la palabra, ustedes son los creadores de su propio cuerpo.
Recobrar la intimidad con su
propio cuerpo requiere práctica, no es algo evidente. No se resignen a esto tan
fácilmente. Cuando estén tratando con tensiones persistentes o síntomas, traten
de examinarlos nuevamente. Tómense un momento para relajarse y luego viajen con
una consciencia neutral a los lugares de su cuerpo donde se manifiestan los
síntomas o la energía de la enfermedad. Pídanle al dolor o a la enfermedad que
tomen la forma de un ser vivo imaginario, de modo que ustedes puedan hablarle.
Pídanle que aparezca como un animal, un niño o un ser humano. O pídanle que se
muestre como un guía, en cualquier forma. ¡Usen su imaginación! La imaginación
es un instrumento extraordinariamente valioso para descubrir los más profundos
movimientos de su alma.
Si ustedes hacen esto, en
cuanto noten que su cuerpo les responde – con imágenes o con sentimientos –
podrán sentir alegría. Podrá haber ahí felicidad por el contacto recuperado, la
intimidad recobrada. En cuanto se den cuenta de que ustedes son los únicos
capaces de hacer esto, de que no hay nada o nadie más excepto ustedes quienes
podrán llevar a cabo esta tarea de conocer su cuerpo a fondo desde adentro, se
sentirán confiados en ustedes mismos otra vez. Esta confianza en sí mismo hace
que sea más fácil para ustedes sentir lo que la enfermedad trata de decirles.
Les impide ignorar las respuestas que reciben desde su ser interior, debido a
ideas mentales o a ideas ajenas. La intimidad con su cuerpo es algo sumamente
bueno, en todas las circunstancias, pero particularmente cuando el cuerpo
muestra enfermedades o síntomas.
El medio para permitir que su
cuerpo hable es el amor. Ustedes no fomentan la comunicación con su cuerpo
cuando tratan de eliminar la enfermedad repitiéndose a sí mismos ardientemente
afirmaciones de sanación o visualizaciones. Ésta sigue siendo una forma de
lucha o de resistencia. La clave es que ustedes lleguen a entender el significado
de las partes enfermas de su cuerpo. Si ustedes comprenden esto, esto puede ser
transformado y los bloqueos emocionales pueden ser removidos. Así es como
funciona el proceso de sanación; no luchando con la enfermedad, de un modo u
otro, sino aceptándola como a un amigo que quiere mostrarles la dirección
correcta. Esto es difícil de entender, porque la enfermedad los atemoriza y los
angustia. De cualquier manera, aceptar su enfermedad es el único modo, el único
camino hacia la Luz. La enfermedad quiere llevarlos de vuelta a casa.
El propósito de la enfermedad
es obtener una mejor y más profunda comprensión de ustedes mismos. El resultado
puede ser la recuperación física. Pero esto no siempre funciona así. La
enfermedad no siempre desaparece en cuanto descienden a la raíz del bloqueo
emocional.
Llegado a este punto, quisiera
decir unas pocas palabras acerca de las enfermedades crónicas e incurables
(terminales).
En caso de enfermedad crónica
hay problemas físicos persistentes que hacen recidivas. Los síntomas se
repiten, especialmente durante los períodos vulnerables, en los cuales ustedes
más o menos pierden contacto con su ser interior. Esto puede ser totalmente
desmoralizante. Por lo tanto, yo les pido que consideren a la enfermedad desde
una perspectiva más amplia. No traten de echar a la enfermedad continuamente.
Traten de verla como a un huésped bienvenido.
Las personas con enfermedades
crónicas emprenden una ardua tarea. Al nivel del alma, ellos han estado de
acuerdo en confrontar los miedos que aparecen en el contexto de su enfermedad,
y en enfrentar las imágenes idealizadas de cómo uno debería desempeñarse en la
vida. Asumir este desafío demuestra un enorme coraje.
Con frecuencia sucede que un
alma elige una enfermedad crónica para resolver un problema específico de un
modo muy enfocado. La enfermedad cada vez les refleja a ustedes determinadas
emociones. Hay un patrón emocional que acompaña a la enfermedad. Tratar con
estas emociones una y otra vez es una tarea totalmente pesada, pero acarrea
muchos frutos para el alma.
Muy frecuentemente estas vidas
tienen una gran profundidad y una riqueza interior que no siempre es percibida
por los demás. Por lo tanto, no es sustentador luchar constantemente o esperar
un adelanto en las condiciones médicas. El hecho es que la enfermedad suele
avanzar en un movimiento en espiral, haciendo movimientos circulares hacia
arriba hacia un nivel más elevado, aunque aparentemente ustedes recaigan en los
mismos síntomas cada vez. Así no es como trabaja el nivel espiritual. En este
nivel ustedes no retroceden sino que incluso alcanzan una profundidad mayor en
tratar con las emociones que posiblemente hayan sido pasadas por alto durante
vidas anteriores.
Esto también se aplica a los
defectos físicos congénitos o hereditarios. En cuanto a esto ustedes a veces
hablan de karma, pero yo soy cuidadoso con este concepto, porque ustedes tienen
una tendencia a asociar karma con delito
y castigo. Así no es como trabaja esto. El alma tiene el sincero deseo de
conocerse al máximo y ser libre. Este es su deseo más profundo. Partiendo de
este ardiente deseo, ella a veces toma a su cargo dolencias, enfermedades y
defectos físicos que les ayudan a alcanzar sus objetivos. Ciertamente no es una
cuestión de pagar sus deudas. Es un profundo intento de liberarse, y a veces el
mejor modo de obtenerlo es experimentando circunstancias (extremadamente)
difíciles dentro de su propio cuerpo. Por esta intención nosotros solamente
podemos tener el mayor respeto. Especialmente en su sociedad, en la cual se
estiman las imágenes ideales inhumanas de cómo ser funcional, útil, bello y
exitoso. Estos conceptos idealistas hacen que sea incluso más difícil vivir su
vida con un impedimento y de todos modos experimentarla como significativa y
alegre.
Son aquellos entre ustedes
quienes tienen coraje los que asumen tales vidas enfermizas. Ellos también
irradian una clase de claridad y dignidad a aquellos cuyas vidas pueden pasarse
por alto fácilmente. Cuando ustedes son exitosos de acuerdo a los estándares
prevalecientes de la sociedad, generalmente es más difícil dilatarse en quiénes
son ustedes realmente y cuáles son sus motivos en la vida. Especialmente
aquellos que están enfermos y débiles tienen una función de ‘indicador’ hacia
estas personas. Ellos son una ‘guía’ hacia la verdad y la claridad. Porque la
verdad no implica perfección, sino amor y aceptación por todo lo que hay.
Finalmente, quiero decir algo
sobre las enfermedades terminales, incurables. A veces, va a ser evidente que
alguno no va a sobrevivir más a la enfermedad. El cuerpo gradualmente sucumbe a
la enfermedad. El ‘marco terrenal’ no persiste. A ese grado, ¿qué hace el alma
que se halla dentro del cuerpo? Mientras se mantengan resistiéndose a la
enfermedad, ustedes no podrán establecer contacto con su alma, con su
conocimiento interior que les dice que es hora de decir adiós. A veces ustedes
perciben de antemano que tienen que partir, pero la idea los afecta con tal
horror y pena que continúan luchando. Ustedes están impacientes esperando
aquella nueva medicina ha ser lanzada, o están esperando otro tratamiento en un
futuro cercano que pueda ser efectivo.
Esto es totalmente entendible
y yo ciertamente no quiero condenar esta actitud, pero ustedes se lastiman
terriblemente de esta manera. Si ustedes sueltan y permiten que la muerte se
acerque, notarán que la muerte no es un oponente, sino en cambio un amigo. La
muerte los libera de la lucha.
Si ustedes acompañan a aquello
que la muerte quiere decirles, ustedes pasarán por varias etapas antes de que
esté teniendo lugar el verdadero proceso de morir. Estas etapas tienen que ver
con una liberación gradual de todas las cosas terrenales: de sus seres
queridos, de sus ambientes (terrestres), de sus sentimientos con todo aquello
que ustedes observan a su alrededor. Este es un proceso hermoso, natural.
Sería una lástima ensombrecer
este proceso con una actitud de lucha, en la cual ustedes tratan de agarrarse
bien a la vida a cualquier costo. A menudo, el cuerpo ya se ha vuelto tan
frágil para ese entonces que ya no vale la pena vivir. Déjenla ir. La muerte es
un liberador, quien está ahí para servirles. La muerte no es su enemigo. La
muerte les trae nueva vida.
Cuando ustedes estén con
alguien que tiene una enfermedad incurable y ustedes sientan que él sabe que va
a morir, traten de hablarle acerca de esto suavemente y cuidadosamente. Es un
alivio para la persona que pasa por esto. La cosa más valiosa y más preciosa
que ustedes pueden hacer por una persona agonizante es sentarse cerca de él y
sostener su mano. No hay nada más que ustedes necesiten saber o ser capaces de
al acompañar a una persona que está muriendo.
La atención a los enfermos
terminales es muy importante en su sociedad. Algún día, todos ustedes se
enfrentarán con esto dentro de su propia familia o dentro de su círculo de
relaciones. Simplemente estén presentes con la persona que va a morir y sientan
el viaje que está llegando. Sientan el momento extraordinario, poderoso en el
cual el alma deja el cuerpo y regresa a los otros reinos, a su hogar.
No consideren a la enfermedad
que conduce a la muerte como a un enemigo con quien ustedes van a perder al
final. No es una batalla. Muy frecuentemente, la muerte viene a liberarlos de
incluso más dolor y sufrimiento. Ustedes ciertamente no son un perdedor.
Ustedes simplemente continuarán su camino de otra manera.
A veces, hay asuntos
particulares que a ustedes les habría gustado vivir o haber superado durante
esta vida, los cuales no pueden ser concluidos. Esto puede afligirlos, y no
sólo a ustedes sino también a aquellos que están detrás. No obstante, yo les
pido que dejen esto en paz, porque hay una sabiduría interior trabajando que
los guía y que los reunirá a ustedes y a sus seres queridos en nuevas y mejores
circunstancias. Algún día ustedes estarán juntos otra vez y celebrarán la vida.
Hoy, mi mayor petición con
respecto a la enfermedad realmente es: abracen a su enfermedad. Rodeen a la
enfermedad con amor y consciencia y dejen que ésta los lleve a una comprensión
más profunda de ustedes mismos. Confíense a la enfermedad y permítanse entrar
en una comunicación más profunda con ustedes mismos. Rendirse no significa ser
pasivo o cruel con su enfermedad, sino cooperar con ella de un modo activo,
como un amigo.
Yo los abrazo a todos ustedes
con mi amor y les pido que hoy sientan mi presencia, la energía de Cristo.
Sientan el amor, disponible a todos ustedes, tanto en la salud como en la
enfermedad. Hay tanto amor por todos lados alrededor de ustedes y disponible a
todos ustedes, en cuanto liberan sus críticas. Críticas acerca de lo que
merecen o no merecen, acerca de lo que están haciendo bien y de lo que están
haciendo mal, acerca de todas las cosas que ustedes aún tienen que hacer y
lograr. Liberen. El Amor está presente aquí y ahora, para todos ustedes.
YESHUA